Si existe un personaje que actualmente acapare todo lo referente al mundo infantil, con permiso de Pocoyo, es Bob Esponja, que forma parte de una serie de dibujos animados que durante muchos meses ha concitado audiencias considerables en su emisión en Clan TV, de TVE. Pasear por cualquier lugar de regalos, ropas, material escolar es ver al personaje convertido en miles de utensilios, regalos, instrumentos. Es decir un chollo económico debido al merchandising.

Pues bien, Paolo Vasile, ese monstruo de las galletas televisivas, compró los derechos y emitió esta serie en Cuatro, en horario fronterizo, es decir que puede servir para mandar a los niños a la cama o servir a los adultos que llegan estresados de sus trabajos para dejarse llevar por las aventuras de estos personajes muy bien dibujados, pero excelentemente doblados. Ha sido un fracaso. Un fracaso total, de tal manera que ya han desaparecido de su parrilla.

Y aquí, una vez más, entramos en las disquisiciones sobre los hábitos de consumo televisivo, sobre la fidelidad, sobre la importancia que tiene para el asentamiento de un programa la buena elección de su horario y de la cadena donde se emite, asunto que tiene muchos más matices, pero que nos devuelve a los conceptos clásicos, en donde la especialización tiene un sentido de enganche. Entendiendo que no existe fidelidad absoluta, y menos con cuarenta opciones a golpe de dedo, pero que aunque sea simplemente por rutina o por ahorro de energía, el saber que en tal lugar siempre, a ciertas horas, nos encontramos con una cosa concreta, nos quita incertidumbres.

Pero que en apenas unas pocas emisiones se caiga una serie tan contrastada, el comprobar día a día como Cuatro ahora en la égida de Vasile, no encuentra su lugar, su sitio, y que sus apuestas fallan, les están poniendo muy nerviosos. Porque Tele 5 tiene sentido si es líder de audiencias, y con Cuatro lo que pretende es restar audiencias a la competencia más que convertirse en algo competitivo. Bueno, también, pero en otra liga, y ahí está luchando con la Sexta, por ser la cuarta cadena en liza. Las caídas de golpe de tantos programas de manera tan habitual es un mal síntoma.