Berlusconi reforma el sistema judicial para restringir el poder de los jueces
El Gobierno del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el veterano político italiano que se enfrenta a varios juicios por corrupción y delitos sexuales, anunció ayer lo que definió como una reforma «histórica» del sistema judicial. Pero los críticos con esta reforma, que deberá pasar un largo trámite parlamentario antes de su aprobación definitiva, afirman que su objetivo es dominar a los poderosos magistrados independientes.
GARA |
Enredado en sus procesos judiciales, Silvio Berlusconi hizo adoptar ayer a su Gobierno un proyecto de reforma constitucional de la Justicia italiana que busca restringir los poderes de los magistrados, a los que el primer ministro acusa de acosarle e intentar derribarle por motivos políticos.
El plan de reforma introduciría una separación clara entre las carreras de los magistrados y de los fiscales, la responsabilidad civil de los jueces, que podrían tener que pagar de su bolsillo los daños en caso de error como sucede con las demandas por negligencias médicas, y la limitación de la acción penal de la Fiscalía, que no podrá apelar las sentencias absolutorias.
Además, el Consejo Superior de la Magistratura (CSM), que a menudo se ha enfrentado con Berlusconi, será dividido en dos órganos, reducidos a dos entidades administrativas y sus poderes para sancionar a los magistrados serán transferidos a un organismo especial.
Asimismo, los jueces serán «directamente responsables de los actos cometidos violando derechos».
«Con esta espada de Damocles sobre la cabeza, los fiscales se lo pensarán dos veces antes de abrir investigaciones en mi contra», señaló Berlusconi, según declaraciones recogidas ayer por «La Repubblica».
Maurizio Paniz, destacado diputado del gobernante PDL, declaró a Reuters que los cambios se dirigen a restaurar el equilibrio entre acusados y fiscales e imponer controles propios sobre los instructores. «Como están hoy las cosas, no responden ante nadie. El CSM está altamente politizado y es incoherente, y eso dificulta adoptar decisiones con calma y de forma apropiada», dijo Paniz, quien agregó que «no es en absoluto una reforma contra los magistrados».
Independencia socavada
El presidente de la Asociación Nacional de Magistrados (ANM), Luca Palamara, sin embargo, denunció «una reforma que va en contra de los jueces (...) socava la autonomía y la independencia del poder judicial y altera sustancialmente el equilibrio entre los gobiernos».
Los magistrados independientes con poder han sido los responsables de un gran cambio en Italia, sobre todo en los años 90, cuando las investigaciones denominadas «manos limpias» descubrieron una enorme red de corrupción y provocaron la caída del sistema político.
Berlusconi, que calificó la reforma de «histórica y convincente», se ha enfrentado a al menos una docena de juicios y decenas de investigaciones judiciales y fue despojado recientemente de su inmunidad para ser juzgado por el Tribunal Constitucional, que ha reabierto tres juicios por corrupción en su contra. Además, tiene pendiente otra causa por mantener relaciones sexuales con una menor y abuso de poder.
El primer ministro niega todas las acusaciones, pero estos casos han reabierto antiguas disputas con los jueces y han suscitado sospechas en algunos sectores sobre que la reforma está dirigida a controlarlos.
La oposición de centroizquierda también cree que intenta vengarse de los jueces por sus problemas legales, pero un desafiante Berlusconi lo negó.
Franco Pavoncello, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Americana John Cabot de Roma, declaró a AFP que impulsar ahora esta reforma puede ser para Berlusconi «una arma de doble filo, porque se puede argumentar que los jueces se ensa- ñan con él mientras él trata de reformar la Justicia, introduciendo un carácter político a su proceso. Pero la otra cara de la moneda es -concluyó- que la refor- ma se ve debilitada por el hecho de que es llevada a cabo por un Gobierno cuyo primer ministro está a punto de ser juzgado».
Dos italianos contactaron supuestamente el pasado mes de febrero con una funcionaria del registro del pueblo de Marruecos donde nació Karima El Marough, Ruby, e intentaron en vano que cambiara la fecha de nacimiento de la joven para convertirla en mayor de edad en la época que frecuentaba a Silvio Berlusconi.
Así lo aseguró ayer en primera página el diario «Il Fatto Quotidiano», el mismo que destapó el escándalo en octubre de 2010, que explicó que los italianos se valieron de un intérprete marroquí para hablar con la funcionaria del registro de Fkih Ben Salah, el pueblo donde nació El Marough.
El diario, según recogió Efe, refiere haber sido contactado por una pariente de la funcionaria a mitad de febrero y tras dos semanas de investigación y un viaje al pueblo de la joven, sus enviados especiales trajeron el verdadero certificado de nacimiento, publicado ayer, donde se recoge que nació el 1 de noviembre de 1992.
La misma información señalaba que los italianos que establecieron contacto con la funcionaria «primero dijeron que querían echar una ojeada al documento de registro de Karima» y después explicaron que la fecha de nacimiento «no estaba bien» y pidieron «corregir el error con un nuevo dato, 1990, en lugar de 1992».
Berlusconi decidió ayer emprender acciones legales ante ese supuesto intento de modificar la fecha de nacimiento de El Marough. Según indicaron los abogados del primer ministro, Piero Longo y Niccolò Ghedini, Berlusconi les ordenó depositar una denuncia específica para «averiguar la veracidad o no de la información publicada por «Il Fatto Quotidiano»». GARA