El Gobierno militar de Bilbo celebró ayer, de la mano de la coordinadora antimilitarista Kakitzat, el décimo aniversario del final del servicio militar obligatorio y el vigésimo quinto del rechazo que Euskal Herria mostró en referéndum hacia la presencia del Estado español en la OTAN.

Tras desplegar una pancarta en la que se podía leer «Hoy como ayer, OTAN ez. Por un futuro menos oscuro», los antimilitaristas descorcharon varias botellas de sidra y soplaron las velas de dos tartas, una de chocolate y la otra hinchable de gran tamaño.

En la concentración, desarrollada con tono festivo, destacaron la contribución del movimiento antimilitarista en la supresión del servicio militar obligatorio, además de censurar la labor desarrollada por la OTAN en todos estos años. Criticaron, de manera especial, la Cumbre celebrada recientemente en Lisboa y en la que, además de rechazar el desarme nuclear, se decidió no realizar «excesivos recortes» en los presupuestos de defensa de los paises miembros de la OTAN.

Mediante esta particular celebración, la coordinadora antimilitarista sentenció que «la guerra no es la solución, sino el triunfo de la sinrazón armada», reclamó la adopción de «cambios profundos y radicales» en las relaciones internacionales. Mostró, asimismo, su compromiso con «el fin de los ejércitos y de todas las estructuras militares, la conversión de la industria militar en civil, la desaparición del gasto militar y el no a la OTAN».