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El uruguayo cuenta con todos los jugadores de la primera plantilla para mañana menos los lesionados Demidov y Llorente

Lasarte: «Digo las cosas para sacar lo mejor del grupo»

El técnico intentó evitar cualquier referencia a la polémica suscitada tras sus declaraciones de Riazor, pero dejó entrever que quiso combatir la relajación. «La sociología deja claro que en una dinámica de grupo para poner otro objetivo hay que cumplir el primero».

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Joseba ITURRIA I

Martín Lasarte intentó evitar hablar ayer de la polémica tras sus declaraciones de Riazor, cuando dijo que su equipo no estaba preparado para objetivos más altos. «Se ha hablado bastante, vamos a centrarnos en el partido del domingo», quiso zanjar de entrada. Sólo cuando se le planteó si quiso acabar con la relajación que ha visto en sus jugadores manifestó que «las cosas que digo son para sumar, para sacar lo mejor de nuestro grupo. Creo más en lo cooperativo, en lo grupal, en unir las inercias de veintitantos jugadores. Lo que queremos es cumplir cuanto antes el primer objetivo y después intentar otras cosas y darle la oportunidad a algún jugador».

La mayor virtud de Lasarte es su capacidad para motivar al grupo, para intentar que juegue al 100% de intensidad. Por eso sus declaraciones parecen provocadas por la relajación que ha visto en su equipo: «Es innato al ser humano cuando navegas en un mar de tranquilidad. Uno pretende aprovechar la tranquilidad para meter energía, para llegar cuanto antes a la orilla. Pero eso ocurre a todos los grupos, aunque algunos están más acostumbrados y tienen un nivel competitivo mayor».

«Pelear por un objetivo superior no debería minimizar el primero, no sea que no consigamos el objetivo superior y sea un fracaso aun salvando con tranquilidad, que es el objetivo que nos marcamos. Cualquiera que haya estudiado sociología sabe que en las dinámicas de grupo primero hay que cumplir un objetivo y luego poner otro. Lo peor es ir variando los objetivos sin conseguirlos. Hay que tener un objetivo claro y cuando lo logremos iremos a por otro. Si no, es complicado. Es mi responsabilidad y me preocupa», advirtió Lasarte.

También le preocupan los golpes que recibe la línea de tres, la más fuerte del equipo: «Alguien tiene que ponerle coto. Como se miden los porcentajes de pases errados o acertados, hay que medir la cantidad de golpes que reciben. Es brutal. Dije antes de Navidades que la sorpresa se iba a acabar. Nadie sabía quiénes eran Griezmann y Zurutuza, ahora todos lo saben, los rivales te dicen que son buenos y les hacen un control más férreo».

Pellegrini se siente fuerte

Pero el que tiene que estar preocupado es el entrenador del rival realista, Pellegrini, al que le llueven las críticas. El miércoles el emisario del jeque que ha comprado el Málaga le transmitió tranquilidad y ayer el técnico dijo que «lucharemos a muerte para hacer un Málaga grande y vamos a seguir sacando adelante un proyecto. No tengo ninguna duda de la parte directiva ni ellos conmigo».

Mientras Lasarte podrá contar mañana con todos los jugadores menos Demidov, que tiene una rotura fibrilar, y Llorente, Pellegrini tendrá bajas importantes por lesión como Gámez, Baptista y Demichelis mientras que Apoño y Welligton son duda. Por contra, recuperan a Duda.

Un punto en las dos semanas con tres partidos y diecisiete más que en la temporada del descenso

La Real sólo ha sumado un punto en los seis partidos jugados en las dos únicas semanas en las que se han disputado tres jornadas de Liga. Entre el 18 y 26 de setiembre perdió ante Real Madrid (1-2), Osasuna (3-1) y Mallorca (2-0) y entre el 26 de febrero y el 7 de marzo sólo sumó un punto ante el Levante (1-1) y perdió ante Espanyol (4-1) y Deportivo (2-1). Al margen de los puntos, con la única excepción del partido contra el Real Madrid, han sido los encuentros en los que el equipo ha transmitido una peor sensación, sobre todo a nivel de intensidad y de ritmo de juego, que es la clave en la que se ha basado la Real en su vuelta a Primera.

Es evidente que el equipo acusa la acumulación de partidos. Basta con ver los resultados, el juego y los problemas musculares registrados en las últimas semanas. Y cuando baja su intensidad, la Real no es un equipo competitivo. A todos los jugadores, menos a los del Barcelona por cosas que se escapan a lo normal, les cuesta jugar a un alto nivel físico un partido cada tres días. Los de la Real lo acusan más porque se basan en eso y están menos habituados. En Segunda sólo jugaban un partido a la semana y por eso se ha confirmado que era bueno caer eliminados en la primera ronda de Copa. Que dos equipos como Almería y Málaga que han llegado lejos en esa competición sean los dos últimos no es ninguna casualidad. Cabe esperar que para la próxima semana con tres jornadas, del 7 al 15 mayo, con visitas al Valencia y al Sevilla y partido ante el Zaragoza en casa el miércoles, ya esté la salvación garantizada y se aspire a más.

El equipo demuestra carencias, pero pese a lograr un punto en las tres últimas jornadas, tiene diecisiete más que en la campaña del descenso a estas alturas, cuando sumaba sólo 18 puntos con tres victorias, -ahora lleva once- nueve empates y 15 derrotas. El equipo de Lotina llevaba 19 goles, la mitad de los 38 de esta temporada, con más presupuesto y menos margen de progresión. Y hasta la última jornada tuvo opciones de salvarse. Por eso no hay que perder la perspectiva y sí valorar la gran temporada y esperar que en la fase actual de cuatro semanas con sólo tres partidos ante Málaga y Hércules en casa y el Racing en Santander la Real recupere el nivel y la intensidad que le ha caracterizado y entre en el duro tramo final con, al menos, 41 puntos. J. I.

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