Terremoto en Japón
El hallazgo de radiación en alimentos eclipsa los avances en Fukushima
La detección de altos niveles de radiación en leche y productos agrícolas cerca de la central nuclear de Fukushima hizo aumentar ayer el estado de alerta. El Gobierno de Tokio, que aseguró que ese nivel de contaminación «no supone un riesgo inmediato», no descarta imponer limitaciones sobre la distribución de ciertos productos. Mientras tanto, las labores por tomar el control de la planta nuclear registraron avances.
GARA |
El Gobierno de Japón dio cuenta ayer de varios avances en la carrera por controlar la central nuclear de Fukushima, en medio de la alarma por las consecuencias del desastre después detectarse radiación en agua y alimentos de la zona.
Los controles realizados sobre los productos agrícolas de la región revelaron ayer altos niveles de radiación en leche de Fukushima y varios tipos de espinaca de la vecina provincia de Ibaraki, aunque según el Gobierno «no suponen un riesgo inmediato», informó Efe.
Además, a última hora de ayer, fuentes oficiales citadas por la agencia local Kyodo informaban de que se había detectado yodo radiactivo por encima de los niveles permitidos en el agua corriente de Fukushima, donde se mantiene evacuado un radio de 20 kilómetros en torno a la central.
El ministro portavoz, Yukio Edano, afirmó que los niveles de contaminación detectados en la leche y las espinacas no suponen un riesgo sanitario; en el último caso, de acuerdo a sus informaciones, el impacto de consumir estas verduras durante un año equivaldría al de una radiografía.
Edano apuntó también que el Ejecutivo tomará las medidas adecuadas, sin descartar posibles limitaciones en la distribución de productos de la zona.
También se detectaron rastros de yodo radiactivo en el agua corriente de lugares más alejados de la planta nuclear, incluida la capital nipona, Tokio, aunque el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) aseguró que están «bien por debajo del límite» a partir del que resultan perjudiciales para la salud humana.
Mientras tanto, los esfuerzos por controlar la situación en la central dieron ayer algunos resultados, como el restablecimiento de los sistemas de refrigeración de dos de sus reactores, el 5 y el 6.
Por tercer día consecutivo, buena parte de los trabajos se centraron en la inestable unidad 3m que emplea como combustible una peligrosa mezcla de uranio y plutonio.
Un vehículo controlado a distancia se situó frente a ese reactor y bombeó durante siete horas, con un cañón de 22 metros, más de 1.000 litros de agua sobre la piscina de combustible utilizado, que tras la explosión que sacudió el pasado martes esa unidad se encuentra bajo escombros.
El Ejecutivo nipón aseguró a través de su portavoz que la operación fue aparentemente exitosa y consideró que la situación actual es «más estable» que en días anteriores, aunque reconocieron que aún existe la posibilidad de que nuevos imprevistos compliquen la situación.
A las operaciones de vertido masivo de agua, sin precedentes en este país asiático, se unieron los esfuerzos por restablecer la electricidad en la planta y restaurar así su sistema de refrigeración en los reactores 1, 2, 3 y 4.
Suministro eléctrico
Los trabajadores de Tokio Electric Power (TEPCO), la empresa que opera la central, lograron extender los cables eléctricos hasta los reactores 1 y 2 pese a los altos niveles de radiactividad, aunque ayer aún se desconocía si los motores de refrigeración quedaron afectados por el tsunami del pasado día 11. Añadió que, en caso de que funcionasen, el suministro podría reanudarse hoy, y por momento sólo en la unidad número 2.
Ayer, mientras en los medios japoneses se elogia cada vez más a los trabajadores que arriesgan su vida en la central de Fukushima, TEPCO señaló que al menos seis de ellos se han expuesto a niveles de radiación por encima del límite de 100 milisievert por hora normalemente establecido para situaciones de emergencia.
Añadió, no obstante, que siguen realizando diversas tareas porque su salud no ha presentado signos de deterioro.
Ante la crítica situación en Fukushima, el Ministerio de Sanidad japonés autorizó de manera excepcional el límite máximo de exposición a radiación hasta 250 milisievert por hora.