Se dice que lo que cuesta mucho se estima más y aunque tampoco es cuestión de elevar los refranes a categoría de axioma, alguna base tienen. Éste, al menos, parece perfecto para el reto que afronta el Athletic en su regreso a San Mamés.

Los rojiblancos esperan a un Villarreal que eleva el listón de exigencia de manera considerable, por mucho que no atraviese su mejor momento de la temporada en lo que al campeonato liguero se refiere -un triunfo, por la mínima y frente al Hércules, en las siete últimas jornadas-. Un rival que, históricamente, se le ha atragantado, no en vano sólo ha caído en cuatro de sus once últimas visitas a San Mamés. Un equipo al que se considera una suerte de pseudoBarça por su estilo de juego, pero también por sus números: sólo el propio líder y el Real Madrid han marcado más goles y encajado menos que el equipo de Juan Carlos Garrido. Algo más que una piedrecita en el zapato, en definitiva.

Pero apagar tanto esplendor conlleva un premio a la altura del mismo. O, más concretamente, la posibilidad de conseguirlo. Y es que la llegada del Villarreal a San Mamés ofrece al Athletic la última oportunidad de subirse al carro de la Champions League. Que seguirá a medio camino entre el objetivo y el sueño, aún en caso de victoria, teniendo en cuenta distancias, calendarios y puntos en juego, pero que se esfumará definitivamente en caso de una derrota que dejaría a los rojiblancos a doce puntos de los levantinos.

Curiosamente, es el rival el que abre una puerta al optimismo y el Athletic el que no acaba de abrirla. El Villarreal está espaciando las de cal en estas últimas jornadas ligueras, en las que no se ha enfrentado precisamente a los equipos más potentes de la Liga. Racing, Málaga o Sporting -que empataba la semana pasada en El Madrigal, con nueve y en el descuento- son algunos de los que han impedido al cuadro castellonés encarrilar definitivamente su puesto de Champions. Otra competición continental, la Europa League, puede aliarse hoy con los rojiblancos. Sólo han transcurrido 72 horas desde que el Villarreal adquiriese su billete para semifinales, con lo que el cansancio se puede dejar notar. Sobre todo porque Juan Carlos Garrido podría repetir el once que se enfrentó al Bayer Leverkussen, con la única incorporación de Capdevila. Lo que, por otro lado, deja bien patente la importancia que concede el técnico al choque de San Mamés y el respeto con el que visita a su anfitrión.

Un Athletic que no las tiene todas consigo. Y no sólo por la categoría del rival. Con dos jornadas en positivo, el equipo parece haberse recuperado del bache que le llevó a encajar cuatro derrotas consecutivas, pero por ahora los resultados marchan por delante del juego. Aunque el esfuerzo de los bilbainos fue encomiable, la suerte tuvo mucho que ver en su triunfo frente al Sevilla; y otro tanto puede decirse de su afortunado y nada vistoso empate en Getafe. Salvo debacle visitante, hoy necesitarán algo más para sumar tres puntos que, más allá de prolongar el sueño de Champions, aseguran plaza de Europa League una jornada más, verdadero objetivo a día de hoy.

Pocas novedades

Lo intentarán con un once, aunque el hecho de que el último ensayo se desarrollase ayer a puerta cerrada deja un resquicio a las sorpresas, muy parecido al que se enfrentó al Getafe. En principio, la única novedad pasará por la suplencia de Markel Susaeta, con lo que será Óscar de Marcos quien escolte esta vez a Fernando Llorente y David López quien actúe en banda.

También podría premiar Joaquín Caparrós a Urko Vera con la titularidad, pero no parece lo más probable. La principal incógnita, de hecho, pasa por el centro del campo, donde, por lo visto esta semana en Lezama, Carlos Gurpegi podría ceder su puesto a Pablo Orbaiz.

En la convocatoria, la única novedad lleva el nombre de Ustaritz, que sustituye a Iñigo Díaz de Cerio.

Por parte del Villarreal, la noticia pasa por la baja, importante y de última hora de Nilmar, aquejado de una elongación, con lo que Marcos Rubén acompañará a Giuseppe Rossi en ataque. En la lista de Garrido se estrena Iago Falqué tras sus buenas actuaciones con el filial.