Los arrantzales reclaman en Bermeo un aumento del cupo de verdel
La flota de bajura del Cantábrico ha dado por concluida la campaña del verdel después de sólo quince jornadas, al alcanzarse ya el cupo de 20.000 toneladas fijado por la UE. Los arrantzales y sus familias se concentraron ayer en Bermeo para reclamar un aumento del cupo que garantice el mantenimiento de la flota. El lema de una de las pancartas, «Arrantza da gure bizitza», resumía el estado de ánimo.
Joseba SALBADOR |
«Somos más de 300 barcos en todo el Cantábrico y, en Bizkaia y Gipuzkoa, entre 80 y 90. Con este cupo la flota no se puede mantener. No queremos una ayuda económica, nosotros queremos trabajar. Hemos dejado verdel en la mar, no es justo». Con estas palabras describía Jon Lartitegi, presidente de la Cofradía de Bermeo, la situación que atraviesan centenares de arrantzales y trabajadores del sector conservero.
«Con esto no aguantamos la flota. Vamos a tener puertos para cementerios de barcos. Además, el año que viene la reducción será mayor», vaticinó.
Y es que el origen de esta problemática se encuentra en la sanción que ordenó la Comisión Europea por la pesca el pasado año de 20.000 toneladas más de lo permitido para esta especie. El Estado español deberá devolver entre 2011 y 2015 el doble de la cantidad capturada indebidamente, y este año se ha establecido un recorte de 4.500 toneladas de la cuota anual de 24.604. Esta cantidad, además, irá aumentando paulatinamente hasta completar la cifra.
«El principio del fin»
El presidente de la Federación de Cofradías de Bizkaia, Iñaki Zabaleta, explicó al término de la concentración que «hay que buscar más cuota» porque son necesarios «más días de pesca».
En este sentido, advirtió de que, si no se logra mejorar el cupo estatal, será «el principio del fin», ya que actualmente «la flota va a la deriva y esto no es la solución».
«Si de verdad interesa que exista una flota tradicional histórica, tienen que luchar por ella. Vemos que no hacen los suficientes esfuerzos», señaló en referencia a las instituciones.
Asimismo, anunció que mantendrán reuniones con los partidos políticos para pedirles que encuentren «fórmulas que puedan traer más cuota» al Estado español, porque «es la única solución» para mantener la flota del verdel.
El presidente de la cofradía de Bermeo, Jon Lartitegi, apuntó que una forma de aumentar el cupo podría ser la cesión de otros estados de parte de su cuota. En este sentido, recordó que el año pasado el Gobierno español cedió al Estado francés un importante volumen de la cuota, hecho que generó el enfado de los arrantzales.
La convocatoria de ayer contó con el apoyo del Ayuntamiento de Bermeo. El alcalde, Xabier Legarreta, pidió a los gobiernos español y autonómico que den «pasos reales» para apoyar a los pescadores ante esta crisis.
«No podemos aceptar de ninguna manera que nuestra pesca desaparezca. En ningún país europeo sucede lo que está pasando aquí», manifestó el alcalde, que pidió a las instituciones competentes que «actúen» y «apuesten» por el sector de la pesca, una «profesión histórica» en esta localidad, que «debemos mantener».
Neskatilas de Ondarroa
En la concentración estuvo también presente un grupo de «neskatilas» o empacadoras de Ondarroa, cuya asociación celebró por la tarde su asamblea general. Son las encargadas de pesar, clasificar y ordenar las cajas de pescado descargadas en el puerto por la flota de altura al fresco.
Al encuentro asistió el viceconsejero de Pesca e Industrias Alimentarias del Gobierno de Gasteiz, Jon Azkue, quien trasladó el «compromiso» de su Ejecutivo de «seguir trabajando para la mejora de las condiciones sociolaborales de las mujeres del sector pesquero vasco».
Azkue, que estuvo acompañado por el representante de Itsasmendikoi, Koldo Goitia, reiteró el apoyo del departamento que dirige Pilar Unzalu a este colectivo, que en el caso de Ondarruko Neskatilen Elkartea (ONE) aglutina a 39 mujeres.
A falta de capturas de verdel, la flota de cerco de Bizkaia y Gipuzkoa se encuentra inmersa en la costera de la anchoa, que se inició la pasada semana -con unos resultados no del todo satisfactorios- y que se prolongará hasta el próximo mes de junio.
La primera semana de campaña deparó importantes capturas, aunque el precio en lonja fue muy reducido, de menos de 3 euros kilo. Además, los primeros bancos se encuentran alejados de la costa y ello provoca un mayor consumo de gasóleo -con unos precios en máximos históricos-. En esta segunda semana, sin embargo, los precios han subido, pero a causa del descenso de las capturas.
La pesquería de la anchoa se reabrió el pasado año, después de cuatro años y medio de veda para favorecer el aumento de la biomasa de esta especie. La Unión Europea tiene fijado para el Golfo de Bizkaia un TAC -Total Admisible de Capturas- de 14.040 toneladas para el Estado español, cantidad que aún se está lejos de alcanzar. J.S.