Matthew Goss hizo valer la gran ventaja que para los australianos representa en el inicio de temporada el verano del que gozan mientras en Europa azota el invierno. Ese gran punto de forma le llevó a obtener su victoria más importante en una Milán San Remo en la que Fabian Cancellara dejó entrever que en las próximas clásicas volverá a ser el gran dominador.

Matthew Goss es un australiano de 24 años que fichó en 2008 por el Saxo Bank, con el que corrió dos temporadas y en 2009 ganó la París Bruselas. Sin embargo, su salto de calidad lo ha dado en HTC. En su primera temporada en 2010 ganó una etapa del Giro y la clásica de Plouay y es el corredor que tiene un mejor palmarés en este inicio de temporada en el que ha obtenido cuatro victorias, tras unir ayer la Milán San Remo a las etapas conseguidas en el Tour Down Under, el Tour de Omán y la París Niza.

El mérito de su triunfo en San Remo radica en que no fue una carrera para sprinters, que es la modalidad en la que ha destacado. Las últimas dos horas de carrera se corrieron a un ritmo infernal al romperse el pelotón en dos grupos a 80 kilómetros de meta tras una caída de Hushovd y una avería de Freire. Por delante apenas quedaron 40 corredores que obtuvieron una ventaja de dos minutos y mantuvieron una preciosa batalla con un grupo perseguidor que consiguió reducir la desventaja al minuto antes de llegar a La Cipresa. Pero a partir de ahí se demostró que los más fuertes estaban por delante y cuando empezaron los ataques entre ellos la diferencia volvió a crecer. Sólo Scarponi, que se había quedado atrás, saltó y llegó hasta las primeras posiciones.

Batalla en el Poggio

El ataque más serio lo protagonizaron Offredo, O'Grady, Chainel y Van Avermaet, que fue el que superó en cabeza el Poggio con diez segundos sobre Nibali. No pasó mucho más lejos Egoi Martínez, que fue el único vasco que se coló en el grupo delantero y coronó el Poggio entre los quince primeros, pero se cayó en la bajada y llegó a la meta a dos minutos de Goss, el más rápido del grupo de siete corredores que se jugó la victoria tras anular el intento final de Nibali.

La forma en la que llegaron los ciclistas demostró que la de ayer fue la Milán San Remo más selectiva de las últimas ediciones, porque el segundo grupo encabezado por Ventoso apenas tenía catorce corredores y el pelotón de los demás sprinters llegó a más de cinco minutos.

Hasta que se rompió el pelotón en los últimos 75 kilómetros, la prueba estuvo marcada por una fuga casi de salida de De Marchi (Androni), Sijmens (Cofidis), Ignatiev (Katusha) y el japonés Mizayawa (Farnese). Con rapidez cogieron una renta de 13.30 y, a partir de ahí, los equipos de los sprinters empezaron a trabajar y la diferencia disminuyó hasta que fueron atrapados a 75 kilómetros de meta justo en el momento en el que se rompió el pelotón en dos grupos y empezó la batalla.