La derecha llega amenazada por su «alter ego» a las cantonales
La derecha en el poder afronta hoy una prueba de fuego en la segunda vuelta de las elecciones cantonales francesas. El repunte de la extrema derecha, liderada por la hija de Le Pen, preocupa en la última cita electoral antes de las presidenciales de 2012. La UMP, que alimenta con su discurso y su política las posiciones xenófobas, puede convertirse en víctima de su estrategia.GARA |
La UMP sufrió una derrota sin paliativos (17% de los votos) en la primera vuelta de las cantonales, último gran test electoral antes de las presidenciales de la primavera de 2012. Sólo sacó dos puntos al Frente Nacional (FN), liderado por Marine Le Pen, que ha logrado el mejor resultado para la formación de extrema derecha en este tipo de elecciones locales. A ello ha contribuido su perfil menos extremo que el de su padre y fundador del partido, sin olvidar los efectos de la crisis global entre la población francesa.
Pero lo que más ha jugado a su favor es el hecho de que ha sido la propia derecha en el poder la que ha instalado en el centro del debate cuestiones como el islam y el papel de los musulmanes en la sociedad.
El mejor y más reciente ejemplo de ello es el nuevo ministro de Interior, Claude Guéant, quien en plena campaña se ha prodigado en declaraciones que confirman que el objetivo sigue siendo intentar pescar entre el electorado más xenófobo.
No se entiende de otra manera que el 17 de marzo, en vísperas de la primera vuelta, asomara denunciando que «debido a la inmigración descontrolada, los franceses tienen el sentimiento de no estar en su casa».
Ya esta semana, el que fuera prefecto y jefe de la Policía francesa calificó de «cruzada» el papel del presidente Sarkozy en la intervención militar en Libia. La propia Le Pen no dudó en proponerle un carnet de partido como «militante de honor».
En este contexto, el partido en el gobierno ha sembrado esta semana la confusión sobre la estrategia a a seguir en torno al repunte de la extrema derecha. Frente al llamamiento del PS al «voto republicano» allá donde no tengan candidato con posibilidades frente al FN, Sarkozy ha rechazado tajantemente esta opción, insistiendo en no pedir el voto por el PS.
La consigna presidencial de votar en blanco o abstenerse en los feudos donde su candidato no ha pasado a la segunda vuelta no ha sido del agrado de sectores más moderados del partido, incluso del propio primer ministro, François Fillon. Sobre un total de 1.500 cantones en juego, los socialdemócratas se enfrentan a la extrema derecha en 200, la derecha en otros 89. No es probable que el FN saque más que un puñado de electos, si acaso ninguno, pero su campaña para 2012 va viento en popa. Gracias a la derecha.
El PS, que ganó en la primera vuelta, espera superar la barrera de los 60 departamentos bajo su control (tiene 58). Pero es pronto para cantar victoria, sin candidato ni programa para las presidenciales