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Caras norte en Alpes

Trilogía técnica invernal para Périllat y Glairon-Rappaz

Los dos alpinistas franceses se hacen con la «Rolling Stone» en las Grandes Jorasses, la «Harlin directa» en el Eiger y la «Gogna-Cerrutti» en el Cervino; todas ellas en sus respectivas caras norte. Las dos primeras las firmaron en un intervalo de menos de dos semanas.

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Andoni ARABAOLAZA

La cordada francesa formada por el joven Cédric Périllat y el experimentado Patrice Glairon-Rappaz ha demostrado que se desenvuelve a las mil maravillas. El año pasado ya os informábamos en estas páginas sobre una gran actividad que firmaron: la primera invernal de la «Aux amis disparus» (ED, 6b, A3) en el Cervino. Ahora, en cambio, os traemos a estas líneas otra extraordinaria actividad: la trilogía técnica invernal.

¿Y en qué se traduce eso exactamente? Pues, en la escalada de tres vías en tres caras nortes. Más concretamente: la «Rolling Stone» en las Grandes Jorasses, la «Halin directa» en el Eiger y la «Gogna-Cerrutti» en la Nez de Zmutt del Cervino.

Este proyecto de la trilogía de vías duras en caras norte en invierno empezó a mediados de enero con la firma de la «Rolling Stone» entre el 14 y el 18 de enero. Se trata de una vía de dificultades muy sostenidas abierta en 1979 por un grupo esloveno. 1.000 metros de línea y dificultades de ED, 6a, A3, 80º y M6.

Según adelanta a GARA unos de los protagonistas, Patrice Glairon-Rappoaz, eligen esta vía, ya que había escalado otras duras en la norte de las Grandes Jorasses: «Yo ya había escalado la «No siesta», la «Desmaison», la «Directe de l´amitié»... Y Cédric hizo en invierno la «Manitua». Mi colega Stephane Benoist nos habló de su repetición con Jérôme Thiniéres, y decidí ir».

Dificultades de roca

La cordada se hacía en cinco días con la cuarta repetición invernal de esta muy difícil línea: «Es una ruta en la que predominan las dificultades en roca. En nuestro caso la hemos escalado en versión muy mixta; muy interesante. Por las placas compactas la escalada fue delicada y muy expuesta. Los dos largos más delicados son una placa en la primera parte de la vía de 6a y un largo de artificial de A2/A3 en el bastión que, por cierto, está muy podrido y expuesto».

«No hay tiradas fáciles y, por lo tanto, es muy sostenida -añade-. Hicimos un vivac a pie de vía y salimos a cumbre cinco días más tarde, hacia el mediodía. El descenso, por la vertiente italiana, también fue delicado, ya que había mucha nieve».

Los protagonistas añaden que los vivacs fueron muy incómodos y que la rutina era escalar hasta bien entrada la noche; y es que en invierno contaban con pocas horas de luz. «Aparte de perder un pie de gato (lo sustituímos por una bota de montaña) mientras escalábamos la placa de 6a, no tuvimos más movidas», informa la cordada.

Aprovechando el potente anticiclón situado sobre los Alpes, Périllat y Glairon Rappaz fueron a por su segundo objetivo: la «Harlin directa» del Cervino. Y, la verdad sea dicha, gracias a las inmejorables condiciones de la meteo, dos semanas después de embolsarse la ruta de las Grandes Jorasses firmaban la del Eiger. Esta vez les acompañó el veterano alpinista de Chamonix Paulo Robach.

7 días y 6 vivacs en la pared para esta legendaria vía de 1966 que cuenta con escasísimas repeticiones, y que justamente en setiembre del año pasado fue liberada (E5, M8, 7a) por Roger Schäli y Robert Jasper. En este caso, la escalada de este trío se convierte en la primera invernal de la vía en estilo alpino.

En la base de la «Harlin directa»

Llegan a la base de la pared el 30 de enero: «Llevábamos petates muy gordos de 30 kilos, pero íbamos más rápidos y es más fácil que la «Rolling Stone». Pillamos la topo de Jasper, pero no concreta información sobre la salida original y sí sobre la variante de salida de la Heckmair del 38. La vía es una sucesión de muros calcáreos, muy tiesos y entrecortados por rampas de nieve de 50º-60º».

«Tuvimos que dar todo tanto física como mentalmente, y es que escalábamos con crampones roca compacta recubierta de nieve y diedros helados. La idea era repetir la vía íntegramente, pero, por culpa del fuerte viento, no pudimos. Expuestos a temperaturas inferiores a -10º, salimos muy rápidos el sexto día de escalada por la «Heckmair» a partir de la sección de la «Araña». El último vivac lo hicimos en la arista somital».

Según informan los protagonisas, las dificultades empiezan de inmediato, ya que se tenían que manejar con mucha habilidad en los tramos de mixto, sobre todo para limpiar la nieve. Condiciones invernales, pared muy tiesa, roca compacta en libre... Y todo ello para empezar. Un claro ejemplo de su dureza fue que una tirada de 80 metros les llevó 10 horas de escalada. Todo ello se encontraron en la segunda jornada de escalada. Y por si fuera poco, como tenían que vivaquear sobre estribos, los alpinistas decidieron bajar al anterior.

Tercer día con roca pobre y losas cubiertas de nieve y difícil de proteger. Pero tuvieron suerte al encontrar un nicho para poder vivaquear. La cuarta jornada se desarrolló por terreno menos empinado: «No fue tan duro, pero sí chungo para el segundo de cordada, ya que tenía que acarrear el equipo. Llegamos a «Vivac de la muerte». Había dos escaladores en la «Heckmair», donde había picado una repisa. Fijamos unos largos más antes de hacerse de noche. Fue un día muy agotador, muy largo, físico, con frío intenso y fuerte viento».

«En el quinto día escalamos mixto difícil de proteger e hizo frío. Llegamos a la «Araña». Vivac con fuerte viento y coladas de nieve toda la noche. Lo mismo sucedió durante la siguiente jornada, y al final, por los fuertes vientos y la escasez de alimentos, salimos por la «Heckmair». Cumbre el 5 de febrero. Fue una decisión correcta y supuso un esfuerzo increíble para esta primera invernal en estilo alpino».

La «Gogna-Cerrutti»

Y para finalizar, Périllat y Glairon-Rappaz tuvieron que esperar hasta el pasado día 8 para encontrar buena meteo y condiciones para encarar con garantías a su último objetivo: la «Gogna-Cerrutti» en la Nez de Zmutt del Cervino.

Los dos alpinistas escalan esta ruta abierta en 1969 por Alessandro Gogna y Leo Cerrutti entre los días 8 y 13. Una línea de 1.100 metros y dificultades de VI+/A3. En total fueron 4 días de escalada, y pisaban la cima a las 8 de la noche. 3 vivacs en la vía, y descenso por la arista Hörnli hasta la cabaña de Solvay. Al día siguiente llegaban al valle zarandeados por rachas de viento sur de 120 km/h.

«La vía es la más corta de la trilogía. Encontramos condiciones bastantes chungas por la meteo «indulgente» sobre todo durante la tercera jornada con vientos de 60 km/h y con -10º en el día más «caliente». Nieve inconsistente que cubrían las placas, pendientes de hielo vivo... fue una escalada muy laboriosa. Los vivacs fueron incómodos y tuvimos problemas con el gas. Resumen: nada fácil ni física ni mentalmente», informa Périllat.

LA PRIMERA

La «Rolling Stone» la hicieron entre el 14 y el 18 de enero. La escalada fue delicada y muy expuesta, debido a las placas compactas, y los dos largos más delicados son una placa de 6a en la primera parte de la vía y un largo artificial de A2/A3 en el bastión.

La «HARLIN DIRECTA»

En la «Harlin directa» las dificultades empiezan de inmediato, porque se tenían que manejar con mucha habilidad en los tramos de mixto, sobre todo para limpiar la nieve. Condiciones invernales, pared muy tiesa, roca compacta en libre.

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