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Raimundo Fitero

Bisturí

 

Se llama “El cirujano”, se emite en Cuatro, bien entrada la noche del viernes y se trata de una de esas series que mezclan lo documental, con la publicidad subliminal, pero que sin duda puede tener un interés general ya que, al menos en el episodio visionado, el caso expuesto era realmente impactante, tanto en lo que se refiere a la vinculación individual con sus protagonistas, como a las imágenes que se proporcionan, sus explicaciones técnicas, pero en lenguaje asequible y lo que tienen de esperanza, mirado desde un punto de vista optimista o de agresividad y de instauración de un modelo de medicina demasiado volcada en los resultados finalistas.
Vimos un episodio llamado “El hombre cebolla” en donde se nos mostraba a un joven de apenas treinta años que había llegado a pesar doscientos noventa kilos, que se había realizado una reducción de estómago y había perdido ciento ochenta kilos, y que ahora tenía un complejo enorme ya que su cuerpo era un cúmulo de pieles flácidas que le caían de manera realmente impresionante. Vemos a este joven tomando la decisión de quitarse esas pieles, acudiendo a las primeras consultas, conocemos su entorno cercano, amigos, hermano, padres, nos cuentan de su estado depresivo agudo. Un cuadro auténticamente espeluznante. Conocemos que su obesidad le había impedido ser un niño o un joven normal, y que ahora, esas pieles, le mantenían todavía en un ostracismo voluntario y que su esperanza era esa operación a la que asistimos, nueve horas en quirófano, pérdida de mucha sangre. Un post-operativo largo. Y las cámaras están en el quirófano. Se asiste a un espectáculo quirúrgico, al bisturí como herramienta de los nuevos dioses.
Por partes: aleccionador, interesante, muy bien narrado. Vemos al joven luciendo su nuevo cuerpo en la playa. Un logro. Pero en el fondo, parece un publirreportaje de los seguros médicos privados. Esas operaciones no las cubre la Seguridad Social. Veremos como sigue el serial, a lo mejor es una primera impresión. Pero nos vamos a hartar de ver tripas, estómagos, salas de operaciones, dramas y alegrías. Un reality de batas, celadores, anestesistas y personas con problemas ¿de salud o estéticos?

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