Revés para Sarkozy y refuerzo para el FN en las cantonales
El resultado de las elecciones cantonales celebradas ayer en el Estado francés supuso un revés para el partido de Nicolas Sarkozy, la UMP que obtuvo el 18,89% de los votos, frente al PSE, que con el 36% consiguió arrebatarle varios departamentos. Además, el FN de Marine Le Pen consiguió afianzar su presencia aunque no consiguió el aumento previsto.
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El PS se impuso claramente ayer en la segunda vuelta de las elecciones locales en el Estado francés, marcadas por un nuevo fracaso de la derecha en el poder y una consolidación de la extrema derecha en el panorama político a un año de las elecciones presidenciales.
El PS obtuvo el 36% de los votos en las elecciones en los departamentos, por delante de la UMP del presidente Nicolas Sarkozy con el 18,89%, mientras el Frente Nacional (FN), presente en una cuarta parte de los cantones obtuvo el 11%, según las estimaciones del Ministerio del Interior.
Al igual que el pasado domingo, el escrutinio estuvo marcado por una abstención récord, superior al 55% según el Instituto de sondeos Ipsos.
«Los franceses han abierto la vía del cambio», prometió Martine Aubry, candidata en las primarias del PS, que presentará su proyecto político el próximo 5 de abril, preparando las presidenciales de 2012.
«Los franceses han mostrado su descontento con la situación del país. Los socialistas tenemos que darles un proyecto que les devuelva la ilusión y que sitúe la justicia social en el centro de las preocupaciones», indicó.
El Frente Nacional, que quería hacer una entrada rompedora en algunos consejos generales, no consiguió obtener un gran número de cargos electos en esta elección de escrutinio mayoritario y no logró la gran subida que les auguraba su resultado de la primera vuelta, pero confirmó su implantación a lo largo del país, lo que les permitió gritar victoria en la noche electoral.
El PS, que era mayoritario en 58 departamentos antes del escrutinio, frente a 42 de la UMP, se apoderó de varios departamentos, en particular, el Jura (este), los Pirineos Atlánticos y la isla de Reunion (en el Océano Índico).
El presidente de la UMP, Jean-François Copé, atribuyó los malos resultados a la crisis económica que atraviesa el país y afirmó que el Gobierno «debe seguir trabajando para aportar respuestas».
Satisfacción de la ultraderecha
Más feliz apareció la presidenta del FN, Marine Le Pen, consideró que el resultado de esta noche muestra «el fracaso de los partidos tradicionales». «Durante años nos han caricaturizado, pero esa caricatura está cayendo. Tenemos que confirmarlo con un proyecto presidencial», afirmó la líder ultraderechista.
«Será necesario contar con el FN en los primeros lugares a las próximas elecciones, presidencial y legislativas. La recomposición de la vida política en Francia está en curso», añadió. Un sondeo publicado ayer confirmó varias encuestas precedentes, según las cuales Marine Le Pen llegaría a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, eliminando al presidente saliente, Nicolas Sarkozy.
Le Pen, que saca partido de la exasperación de los franceses ante la crisis económica y social, consiguió hacer el islam y del lugar de los musulmanes en la sociedad uno de los princiaples temas en juego del debate político. Menos provocativa que su padre, Jean-Marie Le Pen, inscribe su discurso en la esfera de influencia de los partidos populistas de extrema derecha europeos, sobre todo los de Suiza y Holanda.
Su éxito del pasado domingo (15% de los votos) provocó la división en la UMP sobre la actitud a adoptar.
En unos 200 casos, se oponían FN y PS, ante los que la consigna de la UMP «Ni Frente Nacional ni frente republicano», elaborada por Sarkozy y la dirección de la UMP, provocó una fractura en el partido con los partidarios de votar en esos casos a favor del PS para evitar el acceso de la extrema derecha.
Víctima de la impopularidad de Nicolas Sarkozy, la derecha obtuvo un discreto resultado que sigue al de las elecciones europeas de 2009 y a las regionales de 2010. El dirigente de la UMP, Jean-François Copé, reconoció que la mayoría era «un poco decepcionante», pero al mismo tiempo se consoló con que el PS se había quedado «muy lejos» de los resultados que esperaba.
Copé reconoció que ayer muchos de sus votantes se abstuvieron pero otros apoyaron al Frente Nacional, lo que afirmó que «merece una reflexión interna».
«Hemos escuchado el mensaje», afirmó el líder de la UMP, que tras la primera vuelta no dio consigna de voto a sus electores en los cantones donde no lograron pasar a la segunda.
El PS, con el 36% de los votos arrebató a la UMP varios departamentos, entre ellos Pirineos Atlánticos, el Jura y la isla Reunión. El partido de Sarkozy consiguió un 18,86% y el FN, un 11%. La abstención superó el 55% del censo.
La televisión pública France 2 publicó ayer un sondeo sobre las elecciones presidenciales del año próximo en el que Le Pen superaría en la primera vuelta a Nicolas Sarkozy, mientras que el candidato del PS, Dominque Strauss-Kahn, sería el más votado. El actual director del Fondo Monetario Internacional (FMI), que todavía no ha desvelado si optará al Elíseo, obtendría, según ese sondeo, un 34 % de los votos, frente al 21 % de Le Pen y el 17 % de Sarkozy, lo que supone un aumento de la ventaja de la líder del FN con el candidato saliente con respecto a anteriores encuestas.
A la espera de la decisión de Strauss-Kahn sobre si será candidato del PS, el éxito en las elecciones de ayer ha reforzado la posición de Martine Aubry en su rol de líder de la oposición. El giro hacia el PS del Departamento de la Corrèze en Occitania también lanza a la carrera por la denominación al antiguo secretario general del PS, François Hollande.
Y el rival del candidato del PS en una segunda vuelta sería, en función del sondeo, Marine Le Pen, que ayer afirmó que «será preciso contar con el FN en los primeros lugares» de las presidenciales. GARA
