Ni condenar la violencia de ETA (y cualquier otra violencia además), ni apostar por las vías exclusivamente democráticas. Lo que ahora se le exige a la izquierda abertzale es que tiene que demostrar y convencer. Demostrar que se desmarca de ETA, como apunta el insigne y conocido demostrador Carlos Herrera, y convencer a los jueces, como señala el no menos insigne y convincente Patxi López. "Convencer", tratándose de jueces, ya suena mal. Muy mal y muy feo. Pero quizás Patxi López sepa algo sobre cómo convencer a un magistrado. Y el plumilla a su vez, cómo demostrar que se aceptan las reglas democráticas. Porque a mí, ya ven, no me consta que lo hagan. Porque manifestar, declarar y presentar pruebas, es menos de lo que ha hecho Sortu y él quién ha sentenciado que no vale. Tienen para si mismos y para tantos más, algún tipo de crédito democrático que no les obligue a lo que ahora exigen a la izquierda abertzale? Lo tiene el PSOE del GAL? El PP que escapa inmune sin condenar el franquismo? Lo tienen: la visa oro de la democracia a la española: condenar la violencia de ETA y cobijar la tortura. Condenar la violencia de ETA y justificar la del GAL. Condenar la violencia de ETA y brindar impunidad al franquismo de ayer y a sus seguidores de hoy. Condenar la violencia de ETA y desdeñar a las víctimas de la violencia de estado. Condenar la violencia de ETA y ejercer la propia. Llenarse la boca de democracia y estado de derecho, y mantener a más de 200.000 ciudadanos vascos alejados de las urnas, de la posibilidad de decidir, de participar en la vida política. Despreciar un horizonte de pacificación. Y presentar batalla tratando de destrozarlo. Así se demuestran. Y así convencen.