El estudio del gabinete de prospección sociológica Aztiker para la Fundación Ipar Hegoa, que analizó 1.065 noticias de 28 informativos de EITB entre septiembre y diciembre de 2010, arroja datos esclarecedores sobre la peligrosa deriva y la socialmente dañina gestión de quienes dirigen el grupo público de comunicación. Sobre la base de un análisis exhaustivo, las conclusiones son demoledoras: abundan las noticias sucursalizadas y se diluye toda referencialidad de Euskal Herria. Lo cual provoca, comprensiblemente, la respuesta reactiva mediante el telemando de miles de ciudadanos que se han alejado ETB hasta el punto de desplomar las audiencias a mínimos históricos. El director general de EITB, Alberto Surio, y su equipo presentan un balance de gestión que si fueran honestos debería llevarles a presentar la dimisión para evitar mayores desastres y poder reoxigenar la información pública desde otra mentalidad y un nuevo modelo.

El de EITB es un problema estructural, que trasciende legislaturas. Que PSOE y PP hagan y deshagan a su antojo no es algo exclusivo de ellos. Llueve sobre mojado. EITB ha sido durante décadas gestionado como si se tratase de un batzoki, como una extensión tentacular del partido. Lo que ahora hacen, quizás de manera más burda, con prácticas despóticas y tensionando todavía más el ambiente entre los profesionales, hunde sus raíces en la falta de un modelo de información pública que sea reflejo de la pluralidad del país, alumbre el camino para la regeneración democrática y esté preparado ante los retos de la explosión digital y el cambiante contexto comunicativo.

Pero difícilmente podrá operarse ese cambio si no se es capaz de cambiar globalmente la política vasca y sus tendencias polarizantes, sin construir un nuevo suelo común. EITB debe dejar de ser rehén de partidos políticos que sacrifican lo público para apuntarse tantos en la batalla partidista, de ser dirigida por periodistas que hacen de políticos o políticos que no saben de periodismo. Euskal Herria necesita un grupo público de comunicación con una nueva mentalidad de lo público, al servicio del país, depositario de sus aspiraciones e ideales. Es un reto ampliamente compartido. Un reto pendiente pero al alcance.