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DEBATE SOBRE LA ENERGÍA NUCLEAR

La derrota electoral acelera el giro antinuclear de Merkel

La canciller alemana asegura que el accidente de Fukushima ha cambiado su percepción sobre la energía atómica. El ministro de Medio Ambiente aboga por empezar a cerrar plantas, apenas seis meses después de que su Gobierno aprobara un plan para prorrogar la vida de las centrales.

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GARA | BERLIN

Alemania, locomotora europea y referencia histórica clave en el debate sobre la energía nuclear, vuelve a bascular hacia el abandono de esta fórmula. Su canciller, Angela Merkel, dio ayer otro paso, obligada por un factor de política interna y por otro de coyuntura externa, que en realidad van estrechamente unidos: la derrota electoral de anteayer y el accidente de la planta japonesa de Fukushima.

Merkel no tiene dudas: la pérdida del gobierno en Baden-Württemberg y su permanencia en la oposición en Renania-Palatinado se deben al factor japonés y al consiguiente debate energético sobre el futuro de las nucleares, que en las últimas semanas ha sacado de nuevo a la calle a decenas de miles de ciudadanos alemanes.

En consecuencia, descarta tomar medidas como una remodelación del Gobierno alemán. Pero sí apunta a un cambio total en la política nuclear, que ya se atisbó tras la moratoria de tres meses decretada después de la catástrofe de Fukushima y el cierre paralelo de siete centrales anteriores a 1980. En ese momento, fueron muchas voces las que entendieron que podía tratarse de una mera maniobra electoralista de Merkel; sin embargo, o quizás precisamente por eso, tras la derrota del domingo ha dado un nuevo paso en este sentido.

En una reflexión con tintes muy personales, la canciller recordó que debido a su formación científica se contaba hasta ahora entre los defensores de la energía nuclear, pero que eso «ha cambiado» tras Fukushima, considerado ya como el segundo accidente mayor de la historia después del de Chernobil y por delante del de Harrisburg.

En su valoración de los comicios, Merkel apuntó a que esperará a que acabe la moratoria, en junio, para tomar decisiones concretas. Pero el ministro de Medio Ambiente de su ejecutivo, Norbert Roettgen, fue más claro y abogó por adelantar el cierre de las centrales nucleares del país. Si así fuera, el mismo ejecutivo habría cambiado de posición totalmente en apenas seis meses, que son los que median desde que en setiembre decretara una prórroga en la vida útil de los diecisiete reactores, repartidos en doce plantas.

«Ahora tenemos que demostrar que podemos olvidarnos de la energía nuclear más rápidamente y que el cambio a la energía renovable es posible», declaró Roettgen a los medios antes de participar en una reunión de los líderes de la CDU para analizar la derrota del domingo.

Roettgen recordó que el 80% de los alemanes está a favor de dejar de usar la energía atómica y sustituirla en el plazo aproximado de una década por energías renovables, que por ahora generan sólo, en las estimaciones más positivas, el 17% de la electricidad.

Reflexión generalizada

El primer ministro del estado de Baviera, Horst Seehofer, líder de la Unión Social Cristiana -partido aliado de la CDU- también expresó su deseo de que los conservadores no extiendan la vida útil de las plantas: «Tenemos que cambiar la dirección en lo referente a la energía, y hacerlo en los próximos días».

El secretario general de la CDU, Hermann Groehe, añadió que, a su juicio, es «muy improbable» que la mayoría de las siete plantas que han sido cerradas vuelvan a ponerse en funcionamiento en el futuro.

También han cedido algunos miembros de la CDU tradicionalmente defensores de la energía atómica, como el primer ministro del estado de Hesse, Volker Bouffier, que admite que el Gobierno debería reconsiderar sus planes como consecuencia de la derrota del domingo.

Movimientos en Alemania: una década de vaivenes

2000

El gobierno de coalición SPD-Verdes anuncia oficialmente que irá abandonando la energía nuclear. El ministro verde Jürgen Trittin abre diálogo con las compañías.

2003

El gabinete de Schröder paraliza los reactores en Stade y en 2005 hace lo mismo con los de Obrigheim, con la intención de desmantelarlos a partir de 2007.

2005

Tras la victoria de Merkel, se conforma la «gran coalición» con el SPD, fórmula que finalmente se decanta en favor del abandono de la energía nuclear para 2025.

2008

Merkel anuncia que «en cuanto sea posible» reevaluará la decisión de acabar con la nuclear. Esgrime encuestas que dicen que el 54% de los alemanes la apoya.

2010

Tras su reelección en 2009, y ahora ya sin «gran coalición», Merkel anuncia la decisión de prorrogar la vida de centrales cuyo cierre estaba previsto.

2011

Después de Fukushima, la canciller impone una moratoria de tres meses. Y tras la derrota electoral, se habla directamente de empezar a cerrar centrales nucleares.

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