Gadafi para el avance hacia Sirte de los rebeldes, que esperan ayuda aérea
Las tropas de Gadafi pararon el avance hacia el oeste de los rebeldes, que pretendían tomar Sirte, la ciudad natal del líder libio. Los combates se estancaron a 140 kilómetros, en los alrededores de Ben Jawad. Los insurgentes esperaban el apoyo de los bombardeos de la coalición internacional para entrar en Sirte. Hoy la reunión de 35 países en Londres, buscará un acuerdo sobre qué hacer en el final del conflicto.
GARA
El avance de las tropas rebeldes se paró ayer a algo más de un cenentear de kilómetros de Sirte, la ciudad natal de Muammar al Gadafi, cuyas tropas aún controlaban la ciudad estaba todavía, según France Press, aunque voces de los rebeldes llegaron a asegurar haber tomado ya la localidad.
Después de los ataques aéreos de la coalición internacional de madrugada, esta ciudad de 120.000 habitantes, permanecía en calma, con las calles desiertas y las tiendas cerradas.
Sirte, a medio camino entre Bengasi, núcleo de la insurgencia, y la capital, Trípoli, tiene el valor simbólico de ser la ciudad natal de Gadafi y el centro donde el dirigente lleva a cabo las grandes reuniones y los encuentros internacionales.
El frente de guerra se situó ayer en los alrededores de Ben Jawad a 140 kilómetros de Sirte, donde las tropas del coronel Gadafi plantaron batalla en el desfiladero del río Rojo y en Naufaliya, la localidad más al oeste que han conquistado los rebeldes en su avance.
Columnas de rebeldes armados con fusiles de asalto y lanzagranadas RPG a bordo de vehículos todoterreno, y camiones con piezas de artillería y lanzacohetes cargaban combustible para dirigirse a Sirte, pero antes confían en ser ayudados por la aviación de la OTAN.
Ben Jawad fue tomada el domingo por los rebeldes, pero en las cercanías aún continuaban los tiroteos y humean algunos de los impactos de la artillería gadafista. Las familias que habían regresado junto a las tropas rebeldes comenzaron a evacuar de nuevo la población. Los aviones de la coalición bombardearon Sirte, al igual que Trípoli, Sebha -donde la agencia oficial Sana aseguró que hizo blanco en zonas residenciales causando numerosas víctimas civiles- Gharian y Mizdah, unos 180 kilómetros al sur de Trípoli.
En el oeste, en Misrata, uno de los miembros del comité revolucionario local, Mohamed Ali, denunció el bombardeo de la ciudad por las tropas gadafistas, mientras el Gobierno libio anunció un alto el fuego.
La OTAN se organiza
Mientras tanto, la OTAN dejó claro ayer que asumirá el mando operativo de todas las operaciones en Libia «en los próximos días», según acordaron el domingo los embajadores de los 28 países de Alianza. Además de aplicar el embargo de armas y la zona de exclusión aérea, atacarán objetivos militares en tierra tras salvar las reticencias de Turquía y el Estado francés.
«La misión tiene un objetivo muy claro: prevenir y ayudar a prevenir y proteger a los civiles y centros poblados de los ataques», aseguró la portavoz de la OTAN, Oana Lungescu, insistiendo en que la Alianza protegerá a todos los civiles «de forma imparcial», lo que implicaría también proteger a civiles leales a Gadafi bajo ataque de los rebeldes. Hasta ahora los bombardeos aéreos han servido para frenar el avance de las tropas gadafistas hacia Bengasi y facilitar luego el de los rebeldes hacia Trípoli. La OTAN espera concretar en los próximos días las contribuciones de los países de la Alianza, y de otros como Suecia, Finlandia, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, aún sin cerrar. La operación ampliada alcanzará su capacidad operativa inicial total el jueves.
Las autoridades militares aliadas trabajan con la posibilidad de que dure «hasta tres meses», aunque no descartan prolongarla. El traspado del mando a la OTAN ha aclarado aspectos como quién dirige las operaciones, qué países participan y cómo, pero persisten las dudas entre los socios de la coalición sobre si se armará a los rebeldes o la estrategia a seguir con Gadafi. En cualquier caso, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, ya han avisado a la población leal a Gadafi que «cambien de bando antes de que sea demasiado tarde».
La salida tras un eventual alto el fuego será el asunto que centrará hoy en Londres la conferencia sobre Libia con la participación de 35 países y diversas organizaciones internacionales. El presidente de EEUU, Barack Obama; el francés, Nicolas Sarkozy; el primer ministro británico, David Cameron y la canciller alemana, Angela Merkel, prepararon ayer esta reunión a través de una videoconferencia.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, recordó que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU no autoriza ninguna intervención militar internacional en favor de alguna de las partes en la «guerra civil interna» libia.
El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, ofreció su mediación entre el coronel Gadafi y la insurgencia con el fin de evitar que el país se transforme en «un nuevo Irak o Afganistán».
Unos 900 inmigrantes han llegado desde la pasada medianoche a las costas de Italia. La isla italiana de Lampedusa está al borde del colapso después de que más de 7.000 inmigrantes hayan desembarcado en sus costas, casi 2.000 en las últimas 24 horas, y sus habitantes han comenzado a protestar. Otros 830 procedentes de Trípoli y Misrata han llegado a la isla italiana de Linosa desde el sábado y van a ser trasladados a Sicilia. Los inmigrantes son principalmente eritreos, etíopes, sudaneses y somalíes. Dos embarcaciones con unos 500 somalíes y eritreos llegó a una isla cercana a Malta. La guerra en Libia ha dejado sin efecto el tratado con Italia para frenar la inmigración y la Comisión Europea confía en que los Veintisiete se ofrezcan a acoger a los refugiados. GARA