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Una amistad entre horner y aiestaran que ayudó a lograr la última txapela

Chris Horner considera el recorrido de la Euskal Herriko Itzulia ideal para sus características y se muestra optimista en su deseo de revalidar su victoria más importante como ciclista profesional. Se la dedicó al donostiarra Imanol Aiestaran por su amistad y su ayuda para conseguirla.

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Joseba ITURRIA

Para la mayoría de los deportistas, lo mejor son las amistades que hacen durante sus carreras. La de Chris Horner con Imanol Aiestaran es un buen ejemplo. El ciclismo les unió en 2003, cuando el norteamericano invitó al donostiarra a correr una vuelta en Oregón, donde vivió Horner muchos años. Aiestaran, que había dejado el ciclismo tras su experiencia profesional en Relax (2000-01), conoció a una norteamericana y decidió irse a su país para estar con ella y aprender inglés: «Para eso lo más fácil era andar en bici y fui al Saturn (2003), donde corría Chris. Cuando fui a su casa estaba pintando el porche la víspera de empezar la vuelta. En la segunda o tercera etapa hicimos una barbacoa con hamburguesas... Acostumbrado a cómo se vive el ciclismo aquí, que todo es muy serio, me chocó la forma de vivirlo de ellos tan relajada».

El primer recuerdo que tiene Aiestaran de Horner es anterior: «Cuando yo estaba en Relax y él en Mercury, coincidimos en 2001 en una Euskal Bizikleta y en la Vuelta a Asturias. Entonces Chris tenía el pelo muy largo, nada que ver con cómo está ahora. Yo preguntaba quién era ese loco, y recuerdo que en Asturias ganaron una etapa con Vogels y coincidimos en el mismo hotel y nosotros cuidándonos con spaguettis y los del Mercury se comieron diez ó doce pizzas para celebrar el triunfo...».

Horner se ríe, como cuando recuerda que «el primer día que vino Imanol a mi casa después de entrenarnos se cayó con la gravilla que había». Los dos conectaron muy bien y Chris, que era el dominador del circuito norteamericano, al que volvió tras no cuajar su experiencia europea en el FDJ (1997-99), pidió el fichaje de Imanol Aiestaran para el Webcor, en el que corrieron juntos en 2004.

Aiestaran agradeció la ayuda de Horner y «por eso en todo lo que podemos le ayudamos. Ese 2004 Chris hizo una buena temporada. Las tres primeras vueltas las ganó, en Georgia fue tercero tras Lance Armstrong y Voigt y al año siguiente le ayudé para que viniera al Saunier Duval. Yo también me vine, dejé de correr, y lo que él hizo por mí se lo devolví al hablar con Matxin, con el que tengo buena relación. Necesitaban algún norteamericano porque tenían bicicletas Scott y y le dije que fichara a Chris, que no lo dudara».

Así Horner volvió al primer plano ciclista y su actuación con los amarillos le permitió pasar al Lotto (2006-07), de donde Bruyneel lo fichó para Astana (2008-09) y Radio Shack (2010-11), pero nunca dejó su relación con Aiestaran, que fue importante en la última edición de la Euskal Herriko Itzulia. Por eso la dedicatoria a su amigo tras el triunfo.

Desde que volvió a Europa en 2005 «todos los años ha venido a casa de Imanol. El año pasado vine unos días antes de la vuelta porque sabía que venía bien y que la crono era buena para mí. Venir con tiempo me permitió ir a ver la crono y el final de la etapa anterior con el duro repecho de Aia. Conocer el recorrido me ayudó». Aiestaran añade que «fue con Asier Maeztu, amigo mío, que le enseñó todo. No estoy para ir en bici con él y debo mandar a otros. Igual que el sábado, que estuvo con Asier y Markel Irizar recorriendo en bici el final de Zumarraga y en coche el de mañana, con las subidas a Azpiroz y Leaburu».

«La etapa de Zumarraga, una emboscada»

Horner quedó sorprendido con la etapa de hoy: «Es una emboscada, muy dura. La última subida es durísima, hay antes un estrechamiento de carretera, constantes subidas y bajadas, muchas curvas... Vamos a ir en fila de uno todo el tiempo y, tras subir La Antigua, con rampas del 24%, como mucho tres o cinco ciclistas llegarán a meta juntos. No más».

De la etapa de mañana en Azpiroz considera clave el trabajo de los equipos en los últimos kilómetros y cree que los favoritos se disputarán la etapa, pero que no habrá diferencias en la general. Sí las espera en Arrate, «una subida que me gusta, también me agrada la crono de Zalla, que es muy dura. Es perfecta para mí. Toni Martin es un buen especialista y también la puede hacer bien, pero espero que pierda tiempo en la montaña».

Aspira a repetir la victoria y espera tener el apoyo de Radio Shack para enfrentarse a unos rivales entre los que destaca a «Frank Schleck, que ha ganado Criterium Internacional, quizás Basso y seguro que Samuel, que en esta carrera siempre es el gran favorito».

Le encanta el recorrido de las carreras de Euskal Herria, cuyas carreteras considera ideales para sus características. Por eso quiere venir este año a la clásica de Donostia. Además le gusta la forma en la que viven el ciclismo los vascos: «Tienen mucho entusiasmo y conocimiento del ciclismo, como en Bélgica. En la Volta a Catalunya o en la mayoría de las etapas de la Vuelta no hay nadie en la carretera y llegas a Euskal Herria y siempre hay mucha gente, con mucho espíritu, te animan... Viven la carrera. Por eso me gusta venir. Todo es bonito: las montañas, la playa... y la comida, que es especial. Mejor que las hamburguesas».

Y eso que conoce una buena hamburguesería donde comió una el año pasado para celebrar el triunfo y las dos txapelas que consiguió en Orio: «La primera vez que corrí esta vuelta le vi a Jalabert en el podio con una txapela y me dije que yo quería una. Ahora tengo dos, la de la etapa y la de la general». Y a partir de hoy buscará una tercera para volvérsela a dedicar y, a celebrarla, con Imanol Aiestaran.

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