El «mar tormentoso» de Turner ya está en el Bellas Artes de Bilbo
El «Mar tormentoso con naufragio» de William Turner es la obra invitada del Museo de Bellas Artes de Bilbo hasta el próximo 3 de julio. El óleo inacabado de uno de los maestros del paisajismo inglés es la expresión de la atmósfera de naturaleza salvaje, preludio del impresionismo.
Nerea GOTI | BILBO
El Museo Bellas Artes de Bilbo mostrará hasta el próximo 3 de julio una de las obras más reconocidas de William Turner, «Mar tormentoso con naufragio». Este óleo es el único protagonista del programa Obra Invitada, cuyo objetivo es acercar al público obras cedidas temporalmente por instituciones.
Es la primera vez que el Bellas Artes expone una obra de Turner. Se trata de una pieza pintada entre 1840 y 1845, en la última etapa de su carrera, y reproduce uno de los temas predilectos de uno de los maestros del paisajismo, su visión de la naturaleza salvaje y en particular, de un mar embravecido, «indomable», «fatal».
La obra, instalada junto a la colección permanente de arte clásico de la pinacoteca bilbaina, representa una tempestad marina, en la que apenas se divisa una vela blanca, lo que podría ser una pequeña embarcación luchando por mantenerse a flote en una atmósfera dramática. La conservadora del Bellas Artes, Ana Sánchez-Lassa explicó ayer en la presentación de la obra que Turner, perteneciente a la Tate Britain, está considerado uno de los precursores del abstracto impresionista.
El mar fue una de sus mayores inspiraciones. Al final de su creación, la atmósfera de dramatismo que envuelve sus cuadros le sitúan como un pintor adelantado a su tiempo. De hecho, su obra inspiró a los pintores impresionistas.
Atmósfera y luz
En su recorrido por la trayectoria creativa de Turner, destacó que estuvo muy atraído por pintores clásicos hasta que en la última etapa de su obra evolucionó «hasta ser casi abstracto». Subrayó que la atmósfera y la luz son los dos pilares sobre los que se asienta la obra de Turner y desgranó algunos de los elementos presentes en «Mar tormentosos con naufragio», una obra inacabada, condición que, a su juicio, también infiere al óleo un especial interés por adivinar cómo habría querido acabarlo.
Sánchez-Lassa se detuvo en el tratamiento de la luz. Llamó la atención, en particular, sobre el rayo de luz que se abre paso en un punto de apertura del cielo o la impresión que genera «la vorágine de agua que parece que devora lo que se encuentra» o «esa especie de ola que parece que emerge».
Junto con la «tormenta marina» de William Turner se encuentra una obra de Genaro Pérez Villaamil, también de mediados del siglo XIX, pero con la que contrasta por la evolución que muestra Turner sobre sus contemporáneos.