Un nuevo seísmo vuelve a sembrar el miedo en el noreste de Japón
Nada parece indicar que el noreste de la isla de Sendai pueda regenerarse de sus propias cenizas, ya que otro terremoto azotó ayer la provincia de Miyagi y sus alrededores, precisamente los más afectados por el seísmo y el cosiguiente tsunami del 11 de marzo. En espera de balances oficiales, la atención se centró, sobre todo, en las centrales nucleares de las inmediaciones.
GARA | TOKIO
La historia se repite en Japón, y de la peor forma en que lo podría hacer. Los habitantes de la provincia de Miyagi rememoraron ayer lo que fue, seguramente, uno de los peores días de sus vidas, al sentir bajo sus pies una vez más el terrible temblor de un terremoto, al igual que lo apreciaron y sufrieron el pasado 11 de marzo. Esta provincia fue, justamente, la más afectada por aquel seísmo, lo que hizo que miles de personas perdieran a sus allegados y medios de vida.
Ayer lo hizo, de todos modos, en menor intensidad, ya que en comparación con los 9 grados en la escala de Richter de hace cuatro semanas, el de ayer alcanzó los 7,4 grados, provocando una alerta de tsunami en la costa noroeste de Japón. El seísmo se produjo a las 23:30 hora local (14:30 horas en Euskal Herria), localizándose el epicentro a 40 kilómetros de profundidad frente a la costa de Miyagi. El seísmo se hizo notar hasta 330 kilómetros al sur, donde habitantes de la capital de Tokio apreciaron con claridad el temblor.
Nada más normalizarse la situación, y utilizando medios como la televisión, las fuerzas de seguridad y autoridades locales de Miyagi hicieron un llamamiento a los vecinos para que huyeran las cimas más altas, ante el inminente riesgo de tsunami decretado por el Servicio Geológico de Estados Unidos. Según vaticinó esta agencia, el peligro de olas de hasta dos metros era patente en esa provincia, mientras se esperaban olas de hasta medio metro en ciudades como Fukushima, Iwate, Aomori e Ibaraki.
Finalmente, a escasas dos horas del temblor, la Agencia Metereológica de Japón optó por levantar la alarma de tsunami, sin a final registrar ningún maremoto. Al contrario, el seísmo sí provocó apagones en Miyagi e Iwate, impulsando a las autoridades a tomar la decisión de cortar del todo el sistema eléctrico, con el objetivo de prevenir incendios. De igual modo, optaron por cortar la red de autopistas y carreteras de todo el noreste.
Ningún daño personal añadido
Poco quedaba por devastar, de todos modos, en una zona donde otro desastre climatológico ya arrasó con todo lo que se le cruzó por el camino hace casi un mes. Según indicaron fuentes policiales consultadas por Europa Press, y a falta de un analisis de la situación más exhausto, el temblor no provocó nuevos daños materiales ni personales de los ya existentes.
Las máquinas excavadoras no tendrán, pues, más trabajo añadido del que ya tenían en lo que es un paisaje verdaderamente desolador; por consiguiente, seguirán centrando sus esfuerzos en despejar las carreteras de escombros y en buscar a las más de 15.000 personas que aún siguen en paradero desconocido.
No obstante, no sólo las miradas apuntaban hacia el epicentro del desastre, sino también hacia la central nuclear de Fukushima, descontrolada desde el pasado seísmo. Responsables de la planta negaron de inmediato cualquier nuevo desperfecto, aunque decidieron evacuar la central ante la amenaza de tsunami, atrasando aún más los trabajos por tomar el dominio de la radiación. Pero no sólo Fukushima fue el centro de atención, pues fuentes gubernamentales hicieron saber que el temblor dejo también sin suministro a dos de los tres generadores de la central de Onawaga, en Miyagi, lo que alimenta el temor de otro desastre nuclear.
Azken asteetakoak ikusita, Japoniako Fukushima zentral nuklearreko egoerak okerrera egin zezakeela pentsaezina zirudien, baina ailegatzen diren notiziek ez dute halakorik baztertzen. Izan ere, martxoaren 11ko lurrikararen eta ondorengo tsunamiaren ostean zentralaren kontrola galtzea eragin zuten leherketen mamuak berriz agertu dira. Beste hidrogeno eztanda bat egoteko aukerak handitu egin dira azken egunetan, 1. erreaktoreko nukleoa babesten duen altzairuzko estrukturak kalteak jasan ondoren; hortik hidrogenoa filtratu eta oxigenoarekin kontaktuan sartuz gero, emaitza zorigaiztokoak izan litezke.
Horixe ekidin nahian eman dituzte azken orduak zentraleko langileek, erreaktoreko lehen babes geruzan nitrogenoa injektatuz. Oxigenorik izango ez duen atmosfera inerte bat eratzea dute horrekin helburu, nitrogenoak ez baitu hidrogenoarekin inolako erreakziorik izaten.
Nolanahi ere, «badaezpadako neurria» dela eman dute aditzera Tepco zentrala kudeatzen duen enpresako ordezkariek, «balizko leherketa baten aukerak oso txikiak baitira» uneotan Fukushiman. «Baina ezin gara arriskatu», ziurtatu dute. Neurri hori hartuta ere, ez dituzte guztiak berekin, hidrogeno leherketa bat saihestu bai, baina gas erradioaktiboen jarioak eragin baititzake aldi berean. Bada, inguruko herrietan atzora arte ezarritako segurtasun neurriak estuak baziren, are gehiago zorroztuko dituztela adierazi dute Tepcokoek, honezkero larrialdi goreneko situazioa dena erabateko hondamendi bilaka ez dadin.
Bien bitartean, biztanleak ebakuatzeko segurtasun eremuaren distantzia minimoa 20 kilometrotik 30era zabaltzea ebatzi du Gobernuak, muga horietan erradiazio tasa altuak aurkitu ostean. Hori ere «badaezpadako» neurritzat eman dute. GARA