Mikel INSAUSTI Crítico cinematográfico
¿Qué pasa con «Ander»?
No quisiera estar en la piel de Roberto Castón, porque lo que está ocurriendo con su película «Ander» es kafkiano e injusto. A pesar de todos los premios obtenidos en numerosos festivales internacionales, también en la Berlinale, lleva camino de convertirse en un título maldito.
Desde su presentación en Zinegoak han pasado ya dos años y sigue sin estrenarse. Los problemas de distribución están relacionados con la desaparición de las salas que exhibían las películas en versión original subtitulada, lo que afecta igualmente a una producción rodada en euskara o en catalán.
No se entiende que una película que ha recibido una ayuda oficial para su realización, luego no consiga el mínimo necesario para asegurar su exhibición cinematográfica, al menos en los cines del ambito cultural abarcado por la entidad que ha concedido la subvención inicial.
La temática homosexual llevada al medio rural y su conexión con la creciente inmigración hizo que «Ander» recibiera el impulso de Berdindu. Pero ahora la película se ve salpicada por la denuncia de una supuesta desviación de fondos, dentro de la guerra entre la actual y la anterior administración.
No hay derecho a que un proyecto cinematográfico euskaldun esté bloqueado, y, lo que es peor, «bajo sospecha». Una realización independiente, que costó menos de medio millón de euros, no merece verse perjudicada en los medios por informaciones sobre corrupción política y pagar los platos de rotos de la falta de gestión cultural. El rodaje de cine sólo interesa para salir en la foto y, después, «si te he visto no me acuerdo».