El cuerpo sin vida del preso político fue encontrado por su hijo en su casa de Eibar, donde residía desde que fue excarcelado en condiciones de libertad controlada debido a su delicado estado de salud, tal y como se conoció anoche.

Ibañez vivió un doloroso periplo desde que se descubriera su enfermedad. Después de haber sido hospitalizado cuando se encontraba la prisión, en abril de 2008 fue ingresado en el hospital madrileño Gregorio Marañón después de que perdiese perdido el conocimiento por un coma hipoglucémico. Se descubrió entonces que padecía un tumor en el testículo izquierdo. Fue intervenido quirúrgicamente y pocos días después, tras recibir el alta hospitalaria, fue conducido de nuevo a prisión.

Además de este cáncer, el preso político vasco sufría de diabetes y soriasis y padecía de problemas reumáticos a los que no le dieron el tratamiento necesario mientras permaneció encarcelado.

En mayo de ese año, los tribunales españoles acordaron imponerle prisión atenuada bajo control telemático, pero en agosto de 2010 fue arrestado nuevamente y trasladado a prisión a petición del fiscal de la Audiencia Nacional. Un mes después Ibañez recobró de nuevo su libertad, y en enero la Audiencia Nacional le otorgó finalmente la libertad condicional. Ibañez Oteiza fue de uno de los refugiados detenidos en Uruguay en 1992. Después de un largo proceso fue extraditado al Estado español y puesto luego el libertad, para volver luego a prisión. La libertad de Mikel Ibañez, al igual que la de otros presos que se encuentran aquejados de graves enfermedades, ha sido y es reclamada desde distintos organismos y por una mayoría social en Euskal Herria.