La de ayer fue una jornada cargada de emoción para la comunidad gitana. Conmemoraban el Día Internacional del Pueblo Gitano coincidiendo, además, con el 40º aniversario del Primer Congreso Mundial del Pueblo Gitano, que tuvo lugar en Londres, en el cual se hicieron oficiales la bandera y el himno que lo identifican.

En el acto festivo y reivindicativo que se celebró en Donostia hubo, sobre todo, espacio para el reencuentro, ya que se dieron cita todas las asociaciones gitanas y progitanas de Gipuzkoa. Al amparo de la bandera gitana -azul, verde y roja-, recordaron que los primeros datos que constan en Gipuzkoa sobre los gitanos datan del año 1566, recopilados en un documento de las Juntas Generales de Tolosa. A día de hoy, son alrededor de 4.000 los residentes en el herrialde.

Los romaníes siempre se han caracterizado por su tradición nómada, situando sus orígenes en la India hace más de mil años. Pero pronto comenzaron su expansión por todo el mundo. E ahí el significado de la rueda de carro roja que completa su bandera, ya que el transitar simboliza su modo de vida.

A pesar del carácter festivo de este día, el pueblo gitano no quiere olvidar el racismo y la marginación que ha tenido que sufrir. Tal y como se recogía en el vídeo que mostraron en el Koldo Mitxelena, también estuvieron en el punto de mira de los nazis, ya que se calcula que fueron unos 500.000 los exterminados en los campos de concentración.

Tiempos de cambio

Las asociaciones de gitanos y progitanos que funcionan en Gipuzkoa son Romi Bidean, la Fundación Secretariado Gitano, Kale Dor Kayiko, I-Romi, Cáritas Gipuzkoa, Asociación Gitana por el Futuro de Gipuzkoa y la Asociación Gitana Kamelamos Adiquerar. Son muchas porque cada una de ellas se dedica a un campo concreto.

La Asociación Kamelamos Adiquerar es la más antigua; llevan trabajando en el ámbito de la cultura gitana desde 1999. La educadora social Susana Mourón, que forma parte de ese organismo, incidió en que existen muchos estereotipos sobre ellos, estereotipos que hay que derribar: «El gitano tiene una concepción de la vida diferente a la nuestra, lo que ocurre es que ellos se encargan mucho de la familia y anteponen las obligaciones familiares al trabajo».

Por su parte, Mari Jose Rubio explicó que la Fundación Secretariado Gitano, que se centra en la formación y el trabajo, lleva años realizando una labor que considera imprescindible. Les ayudan a adentrarse en el mercado laboral, aunque los obstáculos que se encuentran no son pocos. «Las empresas, al principio, tienen dificultades a la hora de dar un puesto de trabajo. Pero cuando le conocen, se sorprenden». Dice Rubio que en los últimos tiempos ha habido cambios importantes en el mundo gitano; uno de ellos es que la escolarización de los niños ronda casi el 100%. «La educación es primordial», subraya.

Mientras tanto, en Bilbo la asociación Kale Dor Kayiko hacía referencia a la mujer gitana y a la necesidad de que se produzca un «cambio en la mentalidad del hombre gitano», para que ellas sean «quienes marquen el ritmo de ese avance sin que nadie les influya».

El acto de Donostia terminó con un lunch, no sin antes hacer alusión a la siguiente celebración. «El año que viene la fiesta será de dos días y alquilaremos el estadio de Anoeta», bromeaba Pedro Jiménez, uno de los allí presentes.