Revueltas populares en el mundo árabe
Saleh acusa a las monarquías del Golfo de «ingerencia beligerante»
Hammoud MOUNASSAR | SANA'A
El presidente de Yemen, Ali Abdallah Saleh rechazó ayer un plan de salida de la crisis planteado por las monarquías del Golfo, calificándola de «intervención beligerante» a la vez que dos personas murieron por disparos de la policía en manifestaciones en Taiz, al sur de Sanaa, epicentro de las protestas.
En una breve intervención ante sus partidarios en Sana'a, el presidente acusó al Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) de ingerencia y, sobre todo, denunció el papel de Qatar.
Los países del CCG -Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Oman, Qatar y Kuwait- preocupados por la inestabilidad en Yemen, pariente pobre de la península arábiga, propusieron su mediación el pasado 3 de abril. El Consejo está dominado por Arabia Saudí, que comparte una extensa frontera con Yemen y que ve con inquietud la inestabilidad en su vecino y la actividad en el sur del país de grupos afines a Al-Qaeda.
El miércoles, el presidente de Qatar, el jeque Hamad ben Jassem Al-Thani, concretó que la oferta del CCG preveía la retirada inmediata de Saleh, así como el abandono del poder del vicepresidente, Abed Rabo Mansur, y la formación de un gobierno de transición a cambio de garantizar al presidente y a su familia que no serán perseguidos por la justicia. «Es una ingerencia flagrante en los asuntos interiores de Yemen», acusó Saleh, que aseguró que «extraemos nuestra fuerza de la fuerza de nuestro gran pueblo, ni de Qatar, ni de ningún otro».
Dos muertos
El presidente yemení, que lleva 32 años en el poder, se ha mostrado dispuesto a organizar una transición para principios de 2012. Mientras Saleh se dirigía a sus partidarios en una manifestación en la plaza Tahrir, en el centro de Sana'a, cerca del palacio presidencial, en el otro extremo de la ciudad miles de personas mantenían su campamento de protesta para exigir su salida. En Taiz, al sur de Sanaa, las fuerzas de seguridad mataron a tiros a dos manifestantes e hirieron a decenas de ellos por disparos de bala o por inhalación de gases lacrimógenos. En lo que se llamó «el Viernes de la Firmeza» los manifestantes protestaron al grito de «tú eres el próximo» en referencia a las dimisiones de los presidentes de Egipto y Túnez. Por otro lado, un dirigente opositor yemení comentó hace menos de dos años en la embajada de EEUU un plan para instigar una revuelta popular si el presidente no garantizaba la celebración de unas elecciones parlamentarias para 2011, según unos cables diplomáticos de Wikileaks recogidos por «The Washington Post».
Decenas de miles de personas tomaron la cairota plaza Tahrir para pedir la renuncia de todos los representantes del antiguo régimen y el juicio a los corruptos, así como para mostrar su apoyo a las revueltas de otros países árabes.
Decenas de miles de personas se manifestaron en varias ciudades iraquíes para exigir reformas políticas, la mejora de los servicios públicos y la salida de las tropas estadounidenses del país.
La jornada de protestas en Siria dejó un balance de al menos 22 manifestantes muertos, según organizaciones de derechos humanos, mientras para la agencia oficial Sana las víctimas fueron 19 policías. Ammar Qurabi, presidente de la Organización Nacional de Derechos del Hombre, aseguró a France Press que al menos 22 personas murieron en las protestas contra el régimen sirio en tres ciudades sirias. «Tenemos una lista con nombres de 17 manifestantes muertos en Deraa y hemos sido informados de otros dos muertos en Homs y de tres más en Harasta», una localidad a 12 kilómetros al norte de Damasco, indicó Qurabi desde El Cairo.
Previamente, un vecino de esa localidad dijo a Efe que el Ejército sirio había abierto fuego contra los manifestantes para intentar dispersar a los miles de personas que tras la oración del mediodía iniciaron marchas de protesta. La cadena de televisión qatarí Al-Jazeera elevó a 27 los manifestantes fallecidos por la represión de las fuerzas de seguridad.
Los manifestantes antigubernamentales prendieron fuego a una oficina del partido gobernante Baaz y destruyeron una estatua de piedra de Basil al-Assad, hermano fallecido del presidente Bashar al-Assad, en esta ciudad.
Estos datos contrastan con los que ofreció la agencia de noticias oficial Sana, que afirmó, citando fuentes del Ministerio de Interior, que 19 policías resultaron muertos y 75 heridos por disparos de «grupos armados» en Deraa. Por otra parte, en Damasco, las fuerzas de seguridad atacaron con porras a manifestantes suníes a su salida de una mezquita de la capital, según testigos.
Las fuerzas de seguridad sirias también disolvieron con cañones de agua y bombas de humo una protesta de unas 2.000 personas que se habían concentrado en Hama (centro), según informaron los residentes en esta ciudad, en la que en 1982 por las fuerzas de seguridad del Gobierno mataron a unas 20.000 personas.
También se produjeron protestas contra el partido gobernante, el Baaz, en las localidades kurdas de Amouda, Qamishli y Derabasiyeh, un día después de que Al-Assad ofreciera la nacionalidad siria a kurdos que hasta ahora estaban inscritos como extranjeros. GARA
