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Iratxe FRESNEDA Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual

Kim Longinotto

Aún quedan historias por contar, particulares, únicas. La vida genera a nuestro alrededor narraciones por descubrir, por filmar. Los personajes esperan a que la cámara los registre e inmortalice sus experiencias para hacerlas colectivas y compartidas. La cineasta Kim Longinotto (Londres 1952) viaja cogida de la mano de mujeres que intentan cambiar y mejorar el entorno en el que viven, indaga en sus razones y desvela las contradicciones que habitan en cada una de ellas.

El cine, el estilo documental, hace tiempo que se convirtió en un medio interesante para realizar retratos, de gentes, lugares y situaciones, de historias de ficción, o de realidades ficcionadas. Y la rebeldía es agradecida ante la cámara: remueve al espectador, le hace cómplice de la mirada del otro, de su poder que, a veces y desgraciadamente, se apaga y acaba con esta pasión nada más finalizar la proyección. La sensibilidad y la compasión de Longinotto a la hora de realizar sus trabajos conmueve, y el cine es eso emoción, o debiera serlo. Longinotto busca y se encuentra con historias, algunas pertenecen a las bambalinas de la vida y ella las convierte en visibles, en reales. Mujeres esperando una oportunidad, mujeres que luchan por sobrevivir en un entorno hostil, mujeres en la sombra... Historias de vida de una realizadora fascinante, de esas que surgen de vez en cuando y que necesitamos que sigan rodando para hacernos visibles en aquellos rincones donde se nos niegan derechos y razones. El derecho a la palabra, a la vida, a la libre sexualidad, el derecho a ser seres de primera, en igualdad de condiciones y lejos de las ambigüedades que marcan los inventos del género.