Crónica | Acto político en el Kursaal
Bildu echa a rodar su ovillo para tejer unas instituciones representativas
Ovillo en mano, un dantzari abrió la kalejira final del primer gran acto político de Bildu. Concluyó en fiesta, con los candidatos celebrando esa madeja que ya han logrado tejer y que aspira ahora, el 22 de mayo, a hacerles todo un traje a las actuaciones instituciones.
Ramón SOLA
El espíritu de fiesta de los mítines revivió ayer en el Kursaal de Donostia, donde Bildu se presentó en sociedad y mostró además a sus primeros candidatos, cerca de un centenar. El acto fue in crescendo y acabó en algarabía total, con una kalejira abierta por el objeto que sirvió de metáfora de la unidad de fuerzas: un ovillo en torno al que giró todo el evento.
Ante cerca de 1.200 personas, los miembros de Bildu tenían un primer motivo de celebración: Oskar Matute, Bakartxo Ruiz y Pello Urizar coincidieron en saludar el valor de esta unidad alcanzada tras haber recorrido caminos diferentes, y en ocasiones hasta enfrentados. Han formado una madeja colorida cuyos lazos corrieron entre el público, fila a fila. Antes, sobre la pantalla se habían ido sobreponiendo conceptos que se funden en la iniciativa («solución», «democracia», «paz», «izquierda», «soberanía»...). Y también se enumeraron los sectores sociales que se espera unir en torno a la coalición Bildu: «Euskaldunes», «represaliados», «jóvenes», «mujeres», «trabajadores», «ecologistas»...
Cerca de un centenar de estas personas ya son candidatas, y como tal subieron al estrado en representación de los que vendrán después. De momento sus nombres y responsabilidades exactas se guardan, y se da prioridad a los mensajes. De su boca salieron frases cargadas de optimismo y que terminaron por calentar al público.
«Vamos a unir a la Navarra euskaltzale, la progresista, la de izquierdas, la abertzale, la rebelde y la insumisa», vaticinó Maiorga Ramírez, cabeza de lista al Parlamento navarro. «Ha llegado el momento», añadió el vizcaino Asier Vega. Itziar Amestoy, periodista, apostilló que «no les dejaremos condicionar el futuro de Araba». Y Mertxe Aizpurua, ex directora de GARA, puso la guinda en representación de los candidatos de Gipuzkoa: «Viene el cambio y ha tomado forma de ola, una ola que entrará con la fuerza del Cantábrico y que se llevará por delante el negocio de los partidos y la falta de transparencia de las instituciones».
«Transformar el país»
Se trata ahora de que ese ovillo que ha echado a rodar y que gana cuerpo poco a poco sirva para tejer unas nuevas instituciones que reflejen realmente la realidad social. El acto había comenzado con lo que Oskar Matute (Alternatiba) denominó como «flashes que nos recuerdan la necesidad de unir fuerzas»: represión política, ataques en materia socioeconómica, violencia machista, macroinfraestructuras... «Estamos convencidos de que dentro de un mes y medio Euskal Herria, sus gentes, contarán con una herramienta potente y eficaz», auguró.
Le tomó el testigo la navarra Bakartxo Ruiz, representante de los independientes de izquierdas y abertzales: «Lo decimos sin prepotencia, pero con orgullo: las gentes soberanistas y de izquierdas hemos ganado un espacio enorme, y por eso están tan preocupados en Madrid». ¿Y ahora? «Sabemos que la ciudadanía está aburrida de una clase política sin capacidad para resolver los problemas. Nos colocamos en el otro extremo: tenemos claro que la unidad de acción es necesaria para que Euskal Herria logre el derecho a decidir, la autodeterminación, y también para vaciar las poltronas de las instituciones».
El mensaje transformador lo remachó Pello Urizar (EA), ya con los candidatos en el estrado: «Bildu no es un instrumento para llegar a las instituciones -recalcó-, sino que para transformar el país desde las instituciones». Como ya hicieron hace una semana en el Palacio Miramar, los socios de Bildu pidieron «que quede claro: en las elecciones no termina nada, aunque sí es cierto que el 22 de mayo tenemos una cita importante. Tenemos una oportunidad de comenzar a definir el mañana, y lo vamos a hacer», abundó Urizar.
La lupa de Rubalcaba
Además del ovillo, hubo otra figura gráfica que apareció varias veces en el acto: la lupa de Rubalcaba. «Ahora, doble lupa», ironizó Urizar en referencia a lo que había dicho el ministro del Interior español unas horas antes en Erandio.
Bakartxo Ruiz fue la primera que recogió esta referencia para explicar que Euskal Herria también mira con lupa a Madrid, «y lo que este pueblo ve es que no necesitamos Leyes de Partidos, que no se pueden poner obstáculos a los votos, que Euskal Herria ha dicho `basta'. Y que Madrid tiene que aceptar lo que en Euskal Herria se decida libremente», replicó a Rubalcaba.
Urizar le respondió citando otra cuestión que vuelve a estar de actualidad: «Nos anuncian cazas de brujas que recuerdan al más puro estilo del macarthysmo. Tienen la cara dura de decir que van a mirar con lupa nuestras listas, y nos lo dicen quienes, como han vuelto a poner de manifiesto después de 25 años, ni con todas las lupas del mundo, ni con acusaciones en juicios, ni con autoconfesiones en periódicos son capaces de encontrar una X». Su afirmación fue respondida con grandes aplausos.
Los presentadores habían prometido «nuevos moldes» para esta iniciativa inédita, y no engañaron a nadie. La inesperada kalejira final elevó el nivel de la fiesta hasta el público, que se marchó del Kursaal alegre, aplaudiendo a rabiar a los candidatos y entre gritos de «Independentzia!» que encontraron respuesta en el escenario.
Sólo tres de los siete intervinentes en el acto tenían experiencia en política, pero el resto se desenvolvió con soltura. Las mayores ovaciones fueron quizás para Bakartxo Ruiz. Y destacó la juventud de casi todos los candidatos.
En la recta final del acto hubo un recuerdo sentido para Sabin Intxaurraga debido a su labor de impulso a esta unidad de fuerzas. El ex dirigente de EA falleció en diciembre, pero los miembros de Bildu afirmaron que lo sentían presente ayer.
La apología de la unidad fue constante. Ruiz emuló a «los inuits, que tienen 28 nombres distintos para la nieve» y animó a unirse como sea: «Batu, bat egin, batera bildu, bateratu, barnean hartu, bilduma egin, elkar lotu, pilatu, uzta bildu...»
Tras la kalejira que puso en danza el Kursaal a los sones de ``La Internacional'', entonada en euskara, se coreó también el ``Eusko Gudariak''. Durante la hora que duró el acto hubo también canciones, bailes y mensajes en vídeo.