«El acuerdo es inferior a lo acordado en el Parlament, pero no es malo»
A Blanca Serra no le extraña que haya más de un político que haga carrera con esto de la consulta; toda una vida de militancia en la izquierda independentista catalana da para estar curada de espantos. «Además, yo no lo hago por la foto», sentencia despreocupada. En los últimos meses, la consulta por la independencia ha ocupado la actividad de esta joven sexagenaria, capaz de empezar una respuesta hablando del Govern y acabar, indignada, preguntándose por qué no revienta todo.
¿Cuáles son las claves para que esta consulta haya movilizado, al menos en su organización, a tanta gente?
Es una pregunta clara y directa a la gente, sin ambigüedades. Planteada desde la base, fuera de las instituciones españolas, fuera de la arquitectura política española. También hemos buscado a las personas que quedan fuera de los procesos electorales: jóvenes de 16 a 18 años y trabajadores sin papeles. Que viesen que el futuro de este país y el suyo es una sola cosa.
Lleva toda la vida en la izquierda independentista ¿Cómo ve este auge del independentismo? ¿Es real o simplemente que hay mucho catalán enfadado?
Yo veo una parte de soufflé, para entendernos. El problema que yo veo es que no hay liderazgos claros en pos de la independencia. Hacen falta fuerzas políticas nacionales, tanto de derecha como de izquierda. Un proceso de liberación nacional debe ser muy amplio. Pero igualmente, creo que el independentismo ha aumentado bastante. Lo más importante de este proceso ha sido convertir la sensación de fracaso del modelo estatutario y social, en conciencia nacional y en voluntad de organizarnos.
En la consulta se han quedado fuera cosas como los Països Catalans, aspectos sociales... ¿Había que ceder?
Sí. Además, siempre que se haga desde la base, no supone renunciar a nada. Y la idea, lógicamente, es ampliar el proceso, adaptándonos a los ritmos de cada territorio.
¿Qué opina de los votos de última hora de Pujol y Mas?
Sus bases también están cambiando. Yo creo que habrán tenido muchas presiones de los suyos. Y si quieren votos, pues no tenían más opción.
¿Y la actitud del PSC, que al principio miraba desde la barrera y luego se ha opuesto?
Desde mi punto de vista, el PSC va hacia su propia valencianización y por lo tanto, hacia la nada. Cada día entienden menos el país que tienen delante de las narices.
Hablando del domingo, ¿con qué porcentaje de participación se quedaría satisfecha?
No lo sé, muy-muy optimista no soy, pero si pasase del 15%, ya sería la hostia. Si llegamos al 20%, la rehostia. Dicen que si con el voto anticipado hemos pasado del 12%, el día de la votación se dobla el porcentaje. Yo no me lo acabo de creer, porque eso sería hablar de cifras muy importantes. De todos modos, ahora mismo ya podemos ir con la cabeza muy alta, ya que Barcelona es muy grande y ninguna institución ha participado.
Más allá de la participación ¿Cuáles han sido los éxitos de este proceso?
El proceso de movilización, porque todo es voluntariado. Absolutamente autoorganizado, autofinanciado. Y por lo tanto, la gente que ha participado no será la misma. Ha sido un gran proceso de concienciación y de una calidad democrática muy importante.
¿Le pondría algún pero a la consulta?
Por ejemplo, yo no habría puesto nada de la Unión Europea. Además, ya estamos en ella. Lo que tendríamos que discutir es si marchamos.
Y ahora, después de la consulta, ¿Qué?
Si hay parlamentarios que se han declarado a favor de la consulta y han votado, que espabilen porque queremos una consulta vinculante. Esto es sólo un entrenamiento. Lo que no podemos permitir es que pase el tiempo, no pase nada y esto se vaya desinflando. Por eso, fuera del Parlament, la idea es recuperar cosas como la Asamblea de Catalunya. Organizar puntos de encuentro para todos los sectores favorables a la independencia y establecer una hoja de ruta.
¿Piensa que la independencia está a la vuelta de la esquina?
No. Soy optimista, pero la independencia no está a la vuelta de la esquina. Queda mucho trabajo por hacer.B. ZALDUA
