Con un pañuelo anudado al cuello y su gorro sobre la cabeza, el célebre limón de Schuss retorna a Nafarroa. Rescatada del olvido, la histórica marca de refrescos de origen guipuzcoano continúa ampliando sus horizontes. En julio de 2010 comenzó a comercializarse en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en sus dos versiones, naranja y limón. El salto a Nafarroa -y otros territorios cercanos como Burgos, Cantabria o La Rioja- quedó pendiente, en principio para ese otoño.

Finalmente, ha sido en este arranque inusualmente caluroso de la primavera cuando esta bebida se ha vestido de largo en Iruñea. José Miguel Lanzagorta, director general de la distribuidora Norbega, y Carlos Chaguaceda, director de Coca Cola para las relaciones con los medios, fueron los maestros de ceremonias en esta presentación, que tuvo lugar el pasado jueves.

En su comparecencia explicaron que Norbega va a distribuir estos refrescos en los más de 3.550 establecimientos hosteleros a los que surte en el territorio. Más adelante darán el salto al mercado de alimentación. El nuevo Schuss se presenta en botella de cristal de 200 mililitros, con un precio similar al de otras bebidas de su gama. Lanzagorta destacó «su sabor ácido y refrescante y su composición menos azucarada. Hemos rescatado la fórmula original de la clásica limonada y naranjada, que tuvo su esplendor en las décadas de los 50 y 60».

De momento se muestran satisfechos con la acogida en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Los refrescos tampoco han escapado a la crisis. «Nosotros hemos crecido en cuota de mercado pero el consumo ha descendido. Esperamos que el nuevo refresco nos ayude a mejorar nuestro volumen de ventas», indicaron. Para el próximo miércoles 13 han organizado un acto en el Baluarte con el objetivo de dar a conocer la bebida a los hosteleros navarros.

Schuss nació en Trintxerpe (Pasaia) en la década de 1950. Los hermanos Ignacio y José Luis Beristain, junto con su primo Gerardo, trabajaban en la empresa familiar de sifones y gaseosas. Se les ocurrió la idea de crear un refresco de limón y se pusieron manos a la obra. El agua se traía de un manantial de Altzibar (Oiartzun) y los extractos de limón procedían de territorio francés. Un toque de azúcar y otro de anhídrido carbónico hacían el resto. Faltaba un nombre. A los Beristain les gustaba el esquí y así surgió Schuss, que significa deslizarse rápidamente en línea recta. El logotipo nació de la habilidad con el lápiz de un integrante de la familia.

La popularidad de la bebida se extendió rápidamente. En los años siguientes se trasladaron a otra fábrica más grande en Pasai Antxo y nacieron su gemelo de naranja y la tónica Schottis. Se producía 24 horas al día y se comenzó a construir una fábrica en Mallorca. Pero, de repente, las tornas cambiaron. Una competidora, Orange Crush, presentó una demanda argumentando que la similitud en la pronunciación de los nombres le perjudicaba. Los tribunales fallaron a su favor y esto, unido a la aparición de nuevos refrescos, supuso el principio del fin, hasta su desaparición a mediados de los setenta. Norbega se hizo entonces con los derechos y casi cuarenta años después ha visto la oportunidad de relanzar una bebida que quiere recuperar sus días de gloria.