El Molinón sigue siendo un campo maldito
Lolo prolonga la historia negra
Un clamoroso fallo del central permite a Barral anotar el único gol de la contienda en el minuto 65. Los rojillos, que practicaron más un fútbol directo que saliendo con el balón controlado desde atrás, no tuvieron capacidad de reacción tras encajar la diana del gaditano.
SPORTING 1
OSASUNA 0
Natxo MATXIN
Lolo agrandó la historia negra rojilla en El Molinón con un error imperdonable que decantó del lado local un encuentro que estaba destinado a acabar en 0-0 por los méritos de ambas escuadras. Ya lo auguró a este medio entre semana Iñaki Tejada, segundo técnico sportinguista, que el envite estaba bastante equilibrado y se iba a acabar decidiendo por algún pequeño detalle. Dicho y hecho.
Afortunadamente, la coyuntura de resultados de los rivales amortiguó el enésimo tropiezo osasunista por tierras asturianas, la única lectura positiva que cabe extraer de una jornada y un encuentro en el que los de José Luis Mendilibar no acabaron de encontrar una definición clara de juego.
Inmersa en el debate previo sobre si sabe o no manejarse al estilo de lo que desea el técnico vizcaino, la escuadra navarra optó por intercalar la filosofía del de Zaldibar y el pelotazo directo más propio de anteriores épocas, aunque la tendencia se inclinó claramente del lado de esta última alternativa.
Un juego directo motivado por la importante presión que ejercía el rival en la salida de balón y las constantes imprecisiones de los rojillos en el pase, dando la impresión de estar bastante acelerados a la hora de combinar con el compañero.
Con tanto desacierto, no era de extrañar que el mayor peligro que surgió de las botas navarras fuera generado como consecuencia de jugadas a balón parado, excepción hecha de algún que otro lance individual de Cejudo, uno de los pocos que se pudieron salvar en ataque junto al pundonor de Sola.
Sólo en los saques de esquina Osasuna pudo enseñar los dientes, en un duelo en el que a medida que avanzaban los minutos fue predominando por ambos conjuntos la idea de que sumar un punto era una buena noticia y, en todo caso, estar a la expectativa de que el contrario cometiese una equivocación para aprovecharse de ella.
Pesos pesados
Y como suele acontecer casi siempre, ese fallo vino del lado rojillo. Mendilibar y Preciado habían movido ficha a falta de media hora para la conclusión dando entrada a dos pesos pesados de sus plantillas -Pandiani y Diego Castro-, pero quien se llevó el gato al agua fue el gallego en la jugada inmediatamente posterior.
El hábil futbolista pontevedreño fue el ejecutor del pase en profundidad con destino a Barral, el cual no fue del todo preciso, pero la clara ventaja de los centrales encarnados se marchó al traste cuando Lolo, incomprensiblemente, dejó pasar el cuero, un regalo que agradecieron los anfitriones.
El problema es que con todo un mundo por delante -25 minutos más el descuento- Osasuna no supo reaccionar y su entrenador entró en una espiral de cuestionados cambios que acabaron por descomponer definitivamente al equipo. Hasta con tres arietes acabó la escuadra navarra sobre el terreno de juego -Pandiani salió en banda izquierda-, sentando a los jugadores de carril -Cejudo y Camu- ñas-, lo que impidió que llegaran balones al área rival y que fuera el Sporting quien más peligro creara a la contra.
Pese a la derrota, los resultados de otros campos favorecieron a Osasuna, ya que todos los implicados en el descenso acabaron empatando. La distancia con los puestos de la quema se ha visto reducida un punto y ahora los rojillos están a cinco del Hércules.
Es cierto que un fallo individual decantó la balanza, pero el análisis del entrenador rojillo, José Luis Mendilibar, fue más allá. «No hemos estado ni jugado bien, no nos hemos ido en ninguna jugada individual del rival y las ocasiones de que dispusimos han sido aisladas y fruto de rechaces o segundas jugadas», confesó. Pese a esa adjudicación de culpas generalizada, no pudo evitar referirse al lance de Lolo, que calificó como «jugada tonta, que pasa muy de vez en cuando y ha tocado en el partido que menos convenía».
El técnico de Zaldibar tampoco pudo eludir los interrogantes sobre los cambios que realizó. «Veía que Camuñas lo tenía difícil con Lora y he colocado ahí a Pandiani para sorprenderle y cambiarle la dinámica al contrario, buscando su espalda o por si podía materializar algún remate, pero no ha sido un encuentro en el que hayamos realizado centros», intentó justificarse.
«Somos un equipo de mudos y tenemos que chillarnos mucho más, no sólo debo hacerlo yo desde el banquillo. La verdad es que mis jugadores son tan honrados que prefieren solucionar un error de un compañero ellos mismos en lugar de gritarle, pero deben hablar más entre ellos», añadió.
Interpelado sobre si está intranquilo por las últimas derrotas, Mendilibar contestó que «lo que de verdad me preocupa es que un rival, sin jugar de maravilla, nos haya ganado porque también hay que saber sacar puntos jugando mal. Es un partido que debería haber terminado como el resto de la jornada, con un empate». N.M.
El equipo juvenil de División de Honor disputará la Copa, un torneo que se asegura tras ser el mejor tercero de los siete grupos de la categoría. En el último partido de la temporada, los de Mateo derrotaron al Berceo (3-2), mientras que el de Liga Nacional cayó ante el Mutilvera.
Lolo vio su quinta amarilla en El Molinón y no podrá jugar contra el Athletic, por lo que su puesto seguramente lo ocupará Sergio. Será un derbi de necesitados, apremiados como están ambos conjuntos vascos tras sendas derrotas, aunque por objetivos bien diferentes.
Lolo argumentó que creyó que Ricardo le pedía el balón, cosa que negó el guardameta. «Si es así, la culpa es totalmente mía», asumió el defensa andaluz. El autor del gol, Barral, también desmintió que él hubiera hablado, algo que habría invalidado el decisivo tanto.
