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LABAZÉE SE ACOMODA EN EL ESCAÑO PRESIDENCIAL DE PAU MIENTRAS LA DERECHA DIGIERE SU PASO A LA OPOSICIÓN

Después de más de 30 años pasados en la oposición, Georges Labazée, el nuevo presidente del Consejo General de Pau, agarra con ímpetu el puesto de timonel en la institución departamental a la que espera aportar cuanto antes la impronta de la «izquierda».

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Arantxa MANTEROLA

Es consciente de que no le sobra el tiempo. No en vano su mandato tiene fecha de caducidad: tres años. De ahí en adelante, el Consejo General de Pirineos Atlánticos sufrirá recortes importantes en sus competencias y también en su composición debido a la reforma de las instituciones locales que se pondrá en marcha en 2014. Aún así, se muestra convencido de que, con su acción política, se notará la diferencia muy pronto.

Como lo anunció durante la campaña electoral, tiene la intención de poner cuanto antes en marcha ocho medidas claves dirigidas a escolares (equipamientos informáticos), tercera edad (50 puestos para residencias), transporte (desplazamientos según la demanda), ayudas financieras para empresas, viviendas sociales, reconversión a la agricultura biológica y unificación de servicios de competencia del Consejo General en una ventanilla única.

Para ello necesitará tres millones de euros más, que integrará en el presupuesto anual aprovechando el ajuste previsto en junio.

Sin esperar a esa fecha ya habrá decisiones sobre otros temas candentes, por ejemplo, el del proyecto del TAV del Eje Atlántico. Hasta ahora, el Consejo General se ha resistido a la demanda acuciante para aportar su parte de financiación al tramo entre Tours y Burdeos. El nuevo presidente despeja dudas: «El tema se tratará en la sesión de finales de este mes. Y digo bien claro que se va a tratar el dosier completo de una vez por todas. Hace tres años que lo tenemos entre manos y nunca se ha tratado como es debido. Yo lo voy a hacer». Traducción: se va a aprobar la partida de 23 millones de euros suplementarios requeridos por la estatal RFF (Red Ferroviaria de Francia).

Ipar Euskal Herria

En cuestiones como la referente a la demanda de una institución propia para Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa, Labazée mantiene un discurso moderado. Apunta a que se tratará en la tercera parte de la Descentralización del Estado (condicionada a una eventual victoria del PS en los comicios estatales y en la que propugnarían un ambiguo derecho a la experimentación en el caso de instituciones territoriales) y no esconde que no es partidario de dividir el Departamento de Pirineos Atlánticos: «No hay planteamientos en ese sentido. El propio Lasserre [líder del centro-derecha hasta ahora en el poder] siempre ha dicho que no habrá separación entre el País Vasco y el Bearn, aunque últimamente haya cambiado su discurso. Yo no soy de los que cambian el discurso».

No desea pronunciarse sobre el conflicto político vasco y el proceso de resolución en ciernes: «Es un tema que no concierne a esta institución, sino al Estado español. Creo que hay que ser respetuosos con la política que cada cual lleva en su territorio. Prefiero no inmiscuirme».

Cuando se le apostilla que las consecuencias del conflicto se hacen notar también en su departamento -por ejemplo, en el caso de militantes políticos presos-, reconoce que es así y que tiene su propia opinión pero, escudándose en su función de presidente, repite que no va a pronunciarse. Asimismo, cierra la puerta a la posibilidad de que se debata sobre el acercamiento de los presos: «Es sabido que esos temas no se deciden aquí, sino, en su caso, en la Asamblea Nacional».

«No hay desequilibrio»

Labazée niega con furor que la derecha sea «más sensible» que el PS a la particularidad vasca, mensaje con el que los candidatos de la derecha y del centro-derecha han machacado durante la pasada campaña electoral.

También es tajante cuando se le pregunta por el «desequilibrio» en la representatividad de los cantones vascos que se le reprocha desde Ipar Euskal Herria: «No creo que lo haya. Hay 21 consejeros bearneses y siete vascos. De los 15 vicepresidentes, tres son vascos y, además, he encomendado cuatro delegaciones a otros tantos consejeros vascos. Mi primer vicepresidente es vasco y se llama Kotte Ezenarro ¿Qué quieren que hagamos? ¿que pongamos a Brisson o a Lasserre en puestos de responsabilidad? No tengo la culpa de que el País Vasco vote más a la derecha».

Sea como fuere, es probable que la actual configuración del Departamento de Pirineos Atlánticos siga creando controversia entre consejeros bearneses y vascos.

 

MODEM Y UMP CREEN QUE IPAR EUSKAL HERRIA SALDRÁ PERJUDICADA

La nueva oposición tampoco ha perdido el tiempo para abordar la postura crítica hacia el Ejecutivo de Pau. El MoDem, aun reconociendo su derrota, sigue pensando que su proyecto «es el único integrador para todos los ciudadanos del departamento», que las primeras decisiones (adjudicación de cargos) son «disgregadoras» y que la representatividad vasca está minorizada.

Max Brisson, consejero UMP del cantón de Biarritz-oeste comparte esa opinión y va más allá. Cree que la delegación del Consejo General de Baiona perderá su especificidad al diluirse en las «Maisons du Département» y pone en duda el interés que Labazée pueda tener en apoyar las estructuras actuales (Consejo de Electos, Consejo de Desarrollo...).

Lo que más llama la atención es su cambio de discurso respecto al proyecto de nueva línea del TAV. Ahora dice que «hay que escuchar» a los electos desfavorables al proyecto y que éste no puede «imponerse». A.M.

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