Txemi Urtasun, la historia del hombre que nunca se dio por vencido
A punto de cumplir 27 años -nació un 30 de abril-, Txemi Urtasun es un veterano curtido en mil batallas contra el conformismo. Sabe lo que es ascender a la ACB y mantenerse, pero ahora busca con el Cajasol el título de Eurocup y el billete a la Euroliga; un escalón más por ascender.
Arnaitz GORRITI
El camino al éxito es duro y largo, y nadie garantiza llegar hasta el final. Los hay que destacan por su talento, y los hay que se agarran al trabajo diario y a sus ganas. Txemi Urtasun es de los segundos. En las puertas de la Final Four de la Eurocup, el navarro puede presumir de haber contribuido a llevar al Cajasol a uno de sus mayores éxitos.
Difícilmente se hubiese imaginado el escolta navarro en una situación así hace pocos años. Txemi creció junto con su hermano gemelo Alex -que juega en Alicante-, bajo el manto del efímero Centro de Formación Siglo XXI de Fadura, coincidiendo con gente como Sergio Rodríguez, Fran Vázquez o Saúl Blanco. Destacado tirador de tres en su etapa junior, el salto a profesionales le costó debido a un físico menos agradecido que en coetáneos como Rudy Fernández o San Emeterio. Había que ponerle remedio.
«Me tomo mi profesión muy en serio, y desde que estuve en Donostia -temporada 2006/07- trabajo cada verano con Eugenio Rodríguez, el preparador físico del GBC para estar el 100% en el aspecto físico. Cada jugador debe encontrar la tecla para no estancarse», confiesa el jugador iruindarra.
«De Txemi sólo puedo hablar en positivo», reconoce el entrenador ayudante de Cajasol, Zan Tabak. «Txemi es un jugador infravalorado que merece mucho respeto. Los medios y los aficionados miran la parte más agradecida del deporte, que son los partidos, pero la clave para mejorar es la ambición, el trabajo y la capacidad de sufrimiento. En este sentido, debo decir que Txemi ha superado todas mis expectativas. Por otro lado, quizá en otro equipo hubiera destacado en ataque, pero en un equipo defensivo como éste, sorprende lo mucho que aporta Txemi en los dos lados de la cancha. Y ojo, porque es joven y tengo la esperanza de que aún va a mejorar», advierte.
El impulso de Alicante
Tras completar su formación en el Unicaja de Málaga, Txemi Urtasun debutaba en la LEB con Bilbao Basket en la temporada 2002/03, cedido por el cuadro malagueño. Aún viviría dos cesiones más, en La Palma y CAI Zaragoza. Al fin, en la campaña 2005/06, el iruindarra debutaría en la Liga ACB, en las filas del Breogán. Jugó una media de 10 minutos, anotando 3 puntos.
El equipo gallego perdería la categoría al acabar aquella liga en última plaza. De hecho, desde la temporada 2005/06 hasta la 2007/08, Urtasun descendió en tres de los cuatro equipos en los que jugó. Aparte del Breogán, Bruesa GBC -24 minutos y 8 puntos de media- y Bégar León, tras haber sido cortado de un Estudiantes que a punto estuvo de bajar -21 minutos y otros 8 tantos-.
«Soy consciente de que esas experiencias ACB no fueron buenas. Necesitaba algo de tranquilidad. Aún tenía ofertas para jugar en la ACB, pero lo que buscaba era sentirme importante dentro de un equipo. Por eso decidí bajar a la LEB y jugar en Alicante. A veces la gente se obceca con estar en la mejor liga posible, pero opino que hay que estar donde más te quieran», confiesa Urtasun.
Allí lo esperaba Óscar Quintana, un técnico que ya conocía. «Yo ya lo había entrenado en la selección sub 20 y el CAI Zaragoza, y le veía el empeño por mejorar. Cuando fichó por Alicante, Txemi apostó por sí mismo. Era una apuesta arriesgada, por el paso atrás que supone dejar la ACB, pero él iba a ser una de las principales piezas del equipo».
En la temporada 2008/09 ascendería con el Alicante a la ACB con unos números de 13 puntos y 24 minutos por partido. Pero quedaba la prueba del nueve: mantener la categoría. «Yo le decía que debía asemejarse a Perasovic», recuerda Óscar Quintana. «Lo importante era que adquiriese la constancia mental y, más allá de la cantidad de minutos, la calidad que ofreciera en ellos». En la 2009/2010 Urtasun promediaría casi 11 puntos en 23 minutos, siendo uno de los artífices para que el cuadro levantino se mantuviera en la Liga ACB, con cinco triunfos sobre el descenso. «Mantenerse supuso un alivio y una recompensa por romper la mala racha. Por eso considero que esta etapa de Alicante ha sido fundamental. Otro igual se hubiera venido abajo, pero yo estoy orgulloso de haber seguido trabajando», reconoce.
Desde el banquillo, pero importante
El Cajasol de Sevilla llamaría a su puerta el pasado verano. Los de Joan Plaza, candidatos a instalarse en la élite de la ACB, habían perdido a Miso y a Ellis, y necesitaban escoltas. Urtasun llegaba a un equipo con objetivos ambiciosos, asumiendo al mismo tiempo un rol secundario ante aleros como Louis Bullock o Tariq Kirksay. De hecho, de los 43 partidos que ha jugado este año -29 de liga y 14 de Eurocup-, Urtasun, que promedia 21 minutos y 10 puntos, ha sido titular en sólo 7. «Ir a Sevilla era dar un paso adelante, aunque ya sabía que, con gente como Bullock delante, empezaría en el banquillo. No me importa. Además, Bullock ha resultado una gran persona que aconseja en mil detalles».
La Final Four de la Eurocup, que se disputa en Treviso este fin de semana, enfrentará al Cajasol de Urtasun al anfitrión, la Benneton. Si pasa a la final, tendrá garantizado su concurso en Europa, y si se impone, obtendrá un billete para la Euroliga. Sería un merecido premio para la tenacidad de Txemi.