Sólo tres semanas después de la inauguración a bombo y platillo del Museo Carmen Thyssen de Málaga, su directora, María López Fernández, y Tomás Llorens, principal asesor y miembro del Patronato, presentaron ayer la dimisión de sus cargos. La hasta ahora directora del museo justificó su dimisión «en el incumplimiento de determinados pactos» contenidos en su contrato, aunque declinó hacer más declaraciones. Tomás Llorens sí quiso aclarar que el museo «ha dejado de tener el grado de credibilidad histórico-artística que debería esperarse de un museo de su naturaleza». En una carta remitida a Carmen Cervera, a Francisco de la Torre, alcalde de Málaga (PP), y a los otros patronos, Llorens denuncia las «injerencias permanentes en su trabajo artístico por parte de la baronesa y del alcalde», además del hecho de que se haya dado más atribuciones a un gerente elegido a dedo, carente de experiencia en la gestión de museos o instituciones artísticas y «cuya ocupación profesional exclusiva a lo largo de los últimos años ha sido de naturaleza política».