El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aprovechó ayer su nueva comparecencia ante el Tribunal de Milán para atacar al poder judicial, al que acusó de trabajar en su contra en el llamado «caso Rubygate».

«Hay una magistratura que trabaja contra el país», sentenció Berlusconi, quien aseguró que los cuatro procesos penales que tiene pendientes son sólo «mediáticos» y dijo en tono irónico que «como hay poco que hacer en el Gobierno», acude a los tribunales para encontrar «otra ocupación». Tras la vista celebrada ayer por el «caso Mediaset» afirmó que pasó «una mañana surrealista» y que «todo el proceso» es «fruto de la fantasía» de los jueces «porque no hay ninguna prueba, ni documento, ni un testimonio» que lo acuse.