Una noche de sueño permitió a Fernando García Macua valorar con serenidad la contundente negativa de la Asamblea de compromisarios del Athletic a la propuesta de reforma estatutaria. El presidente admitió la «absoluta legitimidad» de este órgano y, por tanto, de su decisión, aunque los «peros», tan importantes en cualquier discurso, dejaron entrever algunos mensajes de mayor calado.

Sobre todo, la evidente diferenciación que realizó Macua entre el voto de los compromisarios y el sentir de los socios, al menos el que dejan entrever las encuestas manejadas por el club. «Me da la sensación de que entre los 40.000 socios, sobre la base de las prospecciones sociológicas que maneja el club, la línea general de la propuesta contaba con un amplio consenso», aseguró. O lo que viene a ser lo mismo, la respuesta negativa «no ha sido de los socios, sino de los compromisarios». No fue la única andanada que recibieron por parte del mandatario rojiblanco, que lamentó «la cantidad de inexactitudes» que se escucharon en boca de estos durante la Asamblea.

También se mostró apenado, aunque insistió en que «no voy a ser yo quien deslegitime a ningún órgano representativo del club», por el final que se ha dado al trabajo realizado durante más de dos años por la Comisión encargada de la reforma. De nuevo con los matices tomando relevancia en el discurso. No en vano Macua volvió a mostrar, por un lado, su «absoluto reconocimiento a la magnífica labor desarrollada por los integrantes de la Comisión, así como a su trabajo, tiempo, dedicación e independencia, y al magnífico proyecto de estatutos que se presentó», pero volvió, por otro, a dejar las distancias bien marcadas. El nuevo texto tenía la autoría de la Comisión y no de la Junta Directiva y el contundente resultado de la Asamblea no debe interpretarse como un rechazo a su figura «porque es una propuesta que nace de una Comisión que ha actuado colegiadamente». En este sentido, intentó restar hierro a las declaraciones de Juan Manuel Delgado que, en vísperas de la Asamblea, mostró su rechazo al proyecto. «A efectos de trabajo era una Comisión independiente -insistió-, con lo que los miembros de la Junta Directiva eran socios de a pie con absoluta libertad de criterio».

El futuro

Valoraciones al margen, ¿qué sucede ahora con la reforma estatutaria? Pues que deberá ponerse en marcha, al menos de manera parcial, para adecuarse a las exigencias legales.

Así que el club, por un lado, ha solicitado dos informes jurídicos. Si estos lo avalan, Macua pedirá a la Junta que «dé soporte de acuerdo a cuestiones como la plena igualdad de género, la cooficialidad del euskera o el status de los Socios Barria». Además, consultará al departamento de Cultura del Gobierno de Gasteiz «para saber los pasos que debemos dar».