El vicepresidente primero del Gobierno español y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, apeló ayer a la prudencia y a la discreción para avanzar en la negociación que busca la liberación del fotoperiodista asturiano Manu Brabo, que colabora desde Libia con GARA, entre otros medios, y que se encuentra desaparecido desde el día 5.

Tras subrayar la voluntad del Ejecutivo de lograr su liberación, el mismo día en que allegados de Brabo se concentraron frente al Ministerio de Exteriores en Madrid para exigir su liberación y reclamar más información al Gobierno, Rubalcaba señaló que «lo mejor que podemos hacer para que esa voluntad se lleve a la práctica es no decir nada».

Los padres del fotógrafo se reunieron el martes con el director general de Relaciones Consulares, Santiago Cabanas, quien les aseguró que las gestiones van bien, pero despacio, porque es un país «difícil».

Rubalcaba no quiso pronunciarse sobre la información de «The Washington Post» que apunta a que Manu Brabo estaría retenido por las fuerzas del coronel Muamar al-Gadafi en un centro de detención de Trípoli.

El diplomático español Diego Ruiz se reunió con representantes del Gobierno libio en el que éstos «no concretaron el emplazamiento ni el estado en que se encuentra» el fotógrafo, pero afirmaron que «no está en su poder y que si lo estuviera sería bien tratado», informaron fuentes de la familia de Brabo a Europa Press. Las mismas fuentes dijeron que, por ello, creen que de forma «indirecta» admiten que Libia conoce su paradero.

Pero la liberación de Manu Brabo se complica pese a las gestiones iniciadas desde varios frentes. Al menos eso se desprende de las declaraciones del presidente del Partido de los Centristas Argelinos, Mahdi Abbes Allalou, residente en el Estado español. Afirmó que los hombres de Gadafi han dicho que tan sólo reconocerán como intermediarios a la fundación española El Cambio del Cambio, con la que su partido ha contactado, pero que si el Gobierno español «no da el visto bueno a nuestra intermediación, nosotros poco más podemos hacer».

«Nosotros tenemos muy buenas relaciones con Libia, esperábamos ser escuchados. Hemos dicho que es necesario solucionar el conflicto entre los libios, de forma política, sin injerencias de la ONU ni de la coalición internacional», agregó Mahdi Abbes, para quien Madrid no es el mejor interlocutor por «haber declarado la guerra al país que todavía dirige Gadafi». Indicó también que Turquía y Hungría han iniciado también contactos con el régimen libio.