CCOO y UGT, por un lado, y la CEOE y Cepyme, por otro, están cerrando etapas en cuanto a la reforma de la negociación colectiva. Aunque todavía mantienen algunas diferencias, Europa Press confirmó ayer que la misma estará perfilada para Semana Santa, aunque hasta la última semana no se sabrá si hay acuerdo. CCOO y UGT quieren alargar el proceso hasta después del Primero de Mayo, una fecha histórica para la clase trabajadora.

Un elemento es ya definitivo: la negociación colectiva tendrá su epicentro en Madrid, con lo que los trabajadores serán los grandes perdedores, puesto que los convenios de ámbito estatal están muy por debajo de los que se firman en Hego Euskal Herria, tanto en los niveles salariales como en los de jornada laboral y otros conceptos de carácter social.

Existe un escollo, que fuentes sindicales confirman que se está resolviendo, que es la ultraactividad, es decir la patronal quiere que cuando un convenio finalice su vigencia se negocie desde cero el siguiente, mientras que en la actualidad las conquistas de los convenios permanecían inalterables. Para acercar posturas, la patronal pretende establecer una prórroga en donde ambas partes negociarían, mientras que los sindicatos sostienen que se arbitre por medio de una intermediación.

En lo que parece que ya están de acuerdo ambas partes es en la flexibilidad interna, con lo que la empresa logrará modificar las condiciones de trabajo sin dificultad y podrá obligar a los trabajadores a variar su jornada laboral anual atendiendo a cuestiones de producción.

Además, la patronal ya ha puesto sobre la mesa la extensión de los contratos de formación y puedan tener carácter de a tiempo parcial. Otro elemento importante que ha entrado en este proceso es la reducción del absentismo laboral. Una parte importante de los empresarios no aplican las medidas de prevención de riesgos laborales, pero sí quieren intervenir contra el absentismo laboral, que en su mayor parte se debe a accidentes y enfermedades profesionales.