A día de hoy, los presuntos implicados del caso Gurtel se encuentran como candidatos; sigue la polémica con Bildu porque dicen que no se lo acaban de creer; al PNV le están sacando los colores con todos los presuntos escándalos que se están destapando después de tantos años de poder; los casos de corrupción en los ayuntamientos están tan extendidos que se está convirtiendo en algo peligrosamente cotidiano; la manipulación en los medios de comunicación está a la orden del día; los lobbys empresariales compran voluntades políticas con toda desfachatez; y encima van y nos dicen que vivimos en una democracia. Se ríen del ciudadano y se ríen de esa manera porque ven que estamos dormidos y muy preocupados por conseguir ese hipotético bienestar que nos quieren vender.

Muskiz es un caso ejemplificador de esta política neoliberal, aunque podría ser otro municipio cualquiera, salvo honrosas excepciones. En mi pueblo y en Zierbena y Abanto-Zierbena se agrupan casos de manipulación mediática ante acontecimientos medioambientales, sufrimos las consecuencias de que el PNV y el PSOE se asocien en Madrid a puerta cerrada y modifiquen la ley de costas para beneficio de Petronor. Existe miedo a perder la oportunidad de que te «toque la lotería» de trabajar en la refinería si no te portas bien y dejas las cosas como están. Padecemos el enchufismo y el trato de favor histórico de los ayuntamientos a esta multinacional, precisamente para que unos cuantos representantes municipales o allegados de estos reciban la recompensa del puesto de trabajo. Así funciona Petronor-Repsol, desgraciadamente, nada excepcional si tenemos en cuenta que es lo que esta pasando con Nuclenor en Garoña, por citar otro lobby, o en cualquier municipio donde tengan que padecer sus «encantos». En esta sociedad cada vez mas desvalorizada, con dinero, desgraciadamente se puede comprar todo, hasta la honestidad. ¿Nos vamos a quedar con los brazos cruzados?