Todas las formaciones políticas volvieron a salir ayer a la palestra para valorar el segundo comunicado consecutivo de ETA, en el que matiza que el tiroteo de Creuse se produjo «contra su voluntad» y ratifica el mantenimiento de los compromisos expresados el 10 de enero en su declaración de alto el fuego permanente, general y verificable. Al contrario de lo que suele ser normal, el comunicado difundido por GARA no suscitó especiales reacciones en contra. La izquierda abertzale consideró además la nota como una muestra de que la organización armada tiene «un firme compromiso para construir el proceso democrático en vías de la superación definitiva de la confrontación armada».

Destacó igualmente que en su mensaje «ETA comprende la incertidumbre que estos hechos han generado en la sociedad y en los agentes vascos». A partir de ahí, la izquierda abertzale se dirige al Estado español, a quien acusa de «mantener una postura diametralmente opuesta, negando y a su vez entorpeciendo el proceso y vulnerando el derecho de la ciudadanía vasca a vivir en paz». Por ello, este sector le hace un llamamiento a «cambiar de actitud de raíz y a optar por las vías pacíficas y democráticas, de una vez por todas».

Sus aliados estratégicos, EA y Alternatiba, también dieron su opinión sobre el mensaje. Oskar Matute estimó en una nota que «cualquier comunicado de ETA que no rompa el alto el fuego decretado supone una noticia positiva». Por parte de EA, su secretaria de Comunicación, Ikerne Badiola, recalcó que ETA «debe mantenerse al margen de toda cuestión política y dedicarse a cuestiones estrictamente técnicas: presos y desarme».

La coalición Bildu también se posicionó, con una nota que habla de «paso en la dirección correcta a favor de un escenario sin violencia» y aboga por «avanzar de manera firme, clara y absoluta a favor del proceso de paz y normalización».

Al hilo de ello, destaca que «en un momento en que el tiroteo ha hecho dudar a algunos agentes sobre la continuidad del alto el fuego decretado, cobra mayor importancia si cabe que se ponga en marcha un proceso de verificación como el que marca la hoja de ruta del Acuerdo de Gernika, en el que deben implicarse los estados español y francés».

PNV: «Más de lo mismo»

Preguntado por el comunicado, el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, tiró por elevación. Aseguró que su partido da «cero credibilidad» a cualquier comunicado o acta de ETA. El Gobierno español mantuvo su línea habitual de no comentar los posicionamientos de la organización. Y Lehendakaritza criticó que la organización armada no vea ninguna responsabilidad de sus activistas en el tiroteo cuando iban en un coche robado y utilizaron sus armas.

Iñigo Urkullu, presidente del PNV, se limitó a tomar el mensaje de ETA como «más de lo mismo». Y el portavoz de la Presidencia de Ezker Batua, Serafín Llamas, lo calificó como positivo en la medida en que confirma el alto el fuego, pero negativo en cuanto que ETA «no asu- me su responsabilidad directa y única en el tiroteo».

Más críticos se mostraron Aralar o Hamaikabat. El partido de Patxi Zabaleta emitió una nota que afirma que «nos resulta insatisfactorio lo explicado». Añade que «los firmantes de Gernika, y en general la sociedad de Euskal Herria, le reclamaron que tomara medidas, y no se han tomado dichas medidas para que no sucedan este tipo de acontecimientos». Aralar exculpa también a Madrid y París: «ETA es la única responsable de sus actos y decisiones».