Hablamos mucho del racismo y la xenofobia y en muchas jornadas y cursos donde informamos y sensibilizamos acerca del fenómeno de la inmigración, pocas veces hemos considerado la posibilidad de que los propios inmigrantes somos o no racistas.

El rechazo o desprecio hacia un colectivo especifico o hacia una cultura distinta está llena de prejuicios y estereotipos, pero sobre todo hay desinformación y desconocimiento hacia determinas culturas y eso provoca que muchas veces desconfiemos de lo que no conocemos.

Entre los mismo inmigrantes hay desconfianza de si eres latino, si eres africano, si eres árabe, si eres pobre, si te dedicas a la prostitución, si eres musulmán, testigo de Jehová, si eres católico, si eres negro, blanco, rubio, si tienes o no trabajo, si tienes o no coche, si tienes o no estudios.

Esto recuerda a ciertos comentarios de españoles y vascos, cuando dicen: «yo no soy racista, no importa que sea negro o blanco pero que trabaje, que no se dedique a robar», otros en cambio dicen claramente «no soy racista, pero todos los moros o gitanos son de tal o cual forma», así también muchos inmigrantes generalizan y dicen: «todos los españoles o todos los vascos son racistas», incluso se escucha decir «todos los europeos son racistas».

Cuando no conocemos en realidad a determinada cultura, nuestras ideas o argumentos para apreciarlos es incompleta y sin argumentos suficientes que justifiquen nuestros prejuicios.

Esto sucede en todos los sitios, países y culturas, ya que desconfiar o ser precavidos ante determinados colectivos es el resultado de no conocer nada o conocer muy poco acerca de las otras culturas y no darse la oportunidad de conocerse, nos impide convivir y empatizar y nos quedamos solo con la ideas a medias y esto facilita que cuando se comete algo por parte de alguien de este colectivo, comenzamos a generalizar con mucha facilidad y con mucho equívoco afirmando «los colombianos son narcotraficantes y sicarios», «los moros roban y son violentos», «las brasileñas son prostitutas», «los rusos son mafiosos», pero estas frases también se escuchan entre los mismos inmigrantes y son muy dados a generalizar y creer sus opiniones basadas en un gran desconocimiento de la otras culturas.

El racismo y el clasicismo lo podemos encontrar entre los mismos inmigrantes y esto se debe a los tantos fallos que ha tenido el tratamiento de la inmigración desde las instituciones al no sensibilizar a los inmigrantes acerca de lo que es la cultura vasca, debe haber un equilibrio a la hora de informar y dar a conocer nuestras culturas, debemos tener reciprocidad de conocimiento y de aceptación de las diferentes culturas si de veras queremos desarrollar una riqueza multicultural.

Así como hay ONGs de apoyo al inmigrante, así también debemos los inmigrantes sumarnos a la korrika, el Aberri Eguna, en manifestaciones sindicalistas, ecologistas, y entender que debemos seguir conociéndonos a través de la lucha social y popular por un mundo justo en todos los sentidos tanto para migrantes como para autóctonos.