«La gran evasión» de los talibanes, justo a tiempo para la «temporada de combates»
En una extraordinaria fuga masiva de la prisión de Kandahar, 475 insurgentes talibanes tomaron la ruta subterránea hacia la libertad. Utilizaron un túnel de más de 300 metros que pasaba bajo la autopista, los check-points y las torretas del recinto carcelario sin que sus captores -nativos y ocupantes- sospecharan nada. El significado real de esta audaciosa operación talibán radica en el hecho que que más de 100 comandantes talibanes están entre los escapados. Su experiencia dirigiendo grupos de entre 50 y varios cientos de insurgentes en los combates sobre el terreno puede resultar crucial de cara a la «temporada de combates» que, tras la «calma» invernal, se presenta decisiva en la antesala del comienzo de la retirada de los ocupantes.
Esta masiva fuga talibán es el último ejemplo de las grandes evasiones subterráneas que toman el túnel de la libertad. Casanova y su fuga de la cárcel Los Plomos de Venecia en 1755, la de los prisioneros aliados del campo nazi de Stalag Luft III que Steve McQueen y Richard Attenborough recrearon en el cine o la fuga de Segovia son conocidas. Y aflora un sentimiento común: no hay alegría comparable en el mundo a la que experi- menta un preso cuando alcanza su libertad.