PRIMERO DE MAYO
Los demoledores datos del paro centran las críticas de CCOO y UGT
GARA | BILBO
CCOO y UGT convocaron una movilización unitaria en la CAV, mientras que en Nafarroa optaron por actos separados. En Bilbo, ambos sindicatos se manifestaron tras una pancarta con el lema «Contra los recortes sociales. Empleo con derechos».
Al término de la marcha, Unai Sordo (CCOO) centró su discurso en la denuncia de los casi cinco millones de parados que existen en el Estado español, que a su juicio son el resultado de «una serie de medidas que han priorizado la reducción del déficit público por encima de la creación de empleo».
Su homólogo de UGT, Dámaso Casado, abogó por impulsar un cambio en las medidas que toman «los políticos que están en manos del capitalismo», y denunció que «habíamos conseguido avanzar en nuestras condiciones laborales, reducir la jornada, mejorar los salarios y rebajar el paro, pero la crisis del capitalismo financiero está recortando empleo y derechos».
Entre los asistentes a esta manifestación se pudo ver al secretario general del PSE de Bizkaia, José Antonio Pastor, quien apuntó que «estamos asistiendo a una ofensiva muy clara de los poderes económicos y de la derecha para desmantelar con la excusa de la crisis el estado de bienestar», aunque obvió que su partido gobierna en Lakua con el respaldo del Partido Popular.
José Antonio Pastor habló en nombre de sus compañeros al asegurar que «queremos estar especialmente este año con los trabajadores, preocupados por las tasas altas de paro; hoy más que nunca nos parece importante un compromiso claro con los trabajadores».
Mientras los portavoces de CCOO y UGT criticaban las políticas del Ejecutivo de Madrid, el representante del PSE las defendía argumentando que «este gobierno ha puesto medidas en marcha que no han empezado todavía a dar sus frutos, pero esperamos que el crecimiento económico incipiente que está empezando en España consiga a partir de ahora eliminar rápidamente estas tasas de desempleo».
Iruñea e Irunberri
Las cifras del paro también fueron protagonistas en Nafarroa. José María Molinero (CCOO) no ahorró críticas contra una reforma laboral «que se está demostrando como inútil e incapaz de mejorar la situación del empleo, más bien al contrario, está ayudando a destruir empleo».
En su discurso hubo espacio para reclamar que «no se bancaricen las cajas, que se siga manteniendo su espíritu anterior y se pongan al servicio de la sociedad», añadiendo que al sistema financiero hay que exigirle «más compromisos con la sociedad y que el sistema crediticio funcione».
La marcha de Iruñea transcurrió a ritmo de batucada hasta su final ante la sede de la patronal navarra (CEN), y contó con la presencia de dirigentes de la coalición Izquierda-Ezkerra, formada por IUN y Batzarre. Durante el recorrido se corearon coreado consignas como «Contra el paro lucha obrera», «Empleo sí, paro no» o «Accidente laboral, terrorismo patronal».
UGT llevó a cabo su acto principal en Irunberri. Su secretario general, Juan Goyen, hizo referencia a las cercanas elecciones forales al apuntar que « los trabajadores tenemos que acudir a votar. Porque quedarnos en casa es dar ventaja a quienes quieren seguir recortando nuestros derechos y legislando a favor de quienes nos han llevado a esta situación de crisis».
Entre los asistentes estaban la delegada del Gobierno español en Nafarroa, Elma Saiz, y el secretario general del PSN, Roberto Jiménez. Goyen criticó a un PSOE que «de hacer bandera de la política social, cayó en la imposición de una reforma laboral impresentable, para, tras una huelga general, volver al diálogo social y buscar alternativas equilibradas». En cuanto a la gobernante UPN, le acusó de haber pasado de «confundir diálogo con concertación a no entender qué significa la libertad de las partes para negociar, y a pasar de la concertación a la imposición, empezando por su propia casa, al incumplir los acuerdos alcanzados con las organizaciones sindicales sobre condiciones laborales de los empleados públicos».
Finalmente se refirió a las fuerzas políticas y sindicales abertzales, que «coinciden en su afán de desacreditar el diálogo y la concertación y de sabotear cualquier alternativa de desarrollo constructiva».
Acto principal en Valencia
En el Estado español, ambas centrales trasladaron a Valencia su movilización principal, con la presencia de los respectivos secretarios generales: Ignacio Fernández Toxo (CCOO) y Cándido Méndez (UGT).
Los recientes y demoledores datos del desempleo y las críticas a las medidas económicas adoptadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero centraron los discursos al término de una manifestación que según los organizadores contó con 20.000 participantes, una cifra que la empresa especializada Lynce, contratada por la agencia Efe, rebajó hasta 8.050.
El secretario general del PSE de Bizkaia participó en la marcha de Bilbo y se mostró muy crítico con «los poderes económicos y la derecha», obviando que su partido gobierna en Lakua con el respaldo del Partido Popular.
La Plataforma Anticapitalista de Gipuzkoa celebró el Primero de Mayo con una marcha entre las poblaciones de Errenteria y Donostia. Este colectivo está formado por los sindicatos ESK, CGT, CNT, los grupos políticos Ezker Batua-Berdeak, PCE-EPK, Antikapitalistak y Gorripidea y las organizaciones Gazte Komunistak y Kepasakonlakasa. El lema elegido para la movilización fue «Por un Primero de Mayo anticapitalista, antimilitarista y antinuclear».
En el manifiesto hecho público para esta ocasión denunciaron que «los mismos que han provocado la crisis se han lanzado a una ofensiva, país tras país, objetivo tras objetivo, que busca un nuevo reparto a su favor de la riqueza, a la privatización a precio irrisorio del patrimonio público, a la liquidación de las conquistas sociales producto de la lucha, con su coste en sangre y represión, de generaciones anteriores».
En el ámbito internacional subrayaron que «vemos ahora como en Libia, con la excusa de proteger a la población civil, se inicia una escalada bélica que suma sus víctimas a las provocadas por el dictador. Mientras en Yemen, Bahrein, Siria,..., se asesina a los manifestantes ante la indiferencia, cuando no la directa colaboración de las potencias occidentales a través de Arabia Saudí, -otro ejemplo de democracia-; mientras cierran los ojos ante la masacre permanente del pueblo palestino, pese a decenas de resoluciones de las Naciones Unidas, la población libia ve como las mismas armas vendidas al tirano son utilizadas contra ella -el Estado Español vendió a Gadafi más de 20 millones de euros en el 2009; ahora se planifica la venta a Arabia Saudí de tanques por 3.500 millones-, son utilizadas por la coalición contra objetivos civiles».
En cuanto a la energía nuclear, destacaron que el accidente de Fukushima «ha puesto en evidencia el mito de la seguridad de las centrales. La evolución de la situación en Japón manifiesta, una vez más, que la energía nuclear no es viable y es muy peligrosa, ahora mismo y para el futuro de la humanidad; por ello apostamos por el cierre definitivo de las plantas nucleares, por las energías limpias renovables y por una política de ahorro energético que conlleve otro modelo económico y social sostenible con el medio ambiente».
En Iruñea, CGT, ESK, CNT y Solidari se manifestaron bajo el lema «Contra el capitalismo, reparto de los trabajos y movilización». Las críticas a la reforma laboral, a los recortes de la pensiones y del poder adquisitivo estuvieron presentes en un acto en el que apuntaron que con las reformas «sólo se ha conseguido fortalecer al sistema opresor». Asimismo, criticaron la privatización de sectores públicos rentables y la fiscalidad «regresiva». GARA
Los trabajadores de ocho países del centro y este de Europa que accedieron a la Unión Europea en 2004 -República Checa, Hungría, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovenia y Eslovaquia- tienen desde ayer plenos derechos de circulación para trabajar en los Veintisiete.
La Comisión Europea señaló en un comunicado que no espera grandes flujos de trabajadores hacia a la UE-15 -los países que ya formaban parte de la Unión antes de 2004- pues, pese a las restricciones, «la mayoría de trabajadores que querían trabajar en otros países comunitarios ya lo han hecho». Según Bruselas, los estudios y la experiencia muestran que el impacto de la movilidad «es positivo y contribuye al crecimiento económico».
Mientras, las movilizaciones del Primero de Mayo se repitieron a lo largo y ancho del globo. En Grecia, país duramente golpeado por la crisis, miles de personas salieron a las calles de ciudades como Atenas o Salónica para mostrar su rechazo a los nuevos planes de austeridad del Ejecutivo, al tiempo que el primer ministro Georges Papandreou reclamaba «el apoyo de todos».
En otro país europeo en apuros, Portugal, el Primero de Mayo coincidía con las negociaciones sobre las condiciones del rescate financiero. «Nunca la respuesta social habrá sido tan importante» subrayó Manuel Carvalho da Silva, secretario general del sindicato CGTP. El dirigente de la UGT, Joao Proença, manifestaba que «tenemos que demostrar que los trabajadores estamos unidos en la lucha contra las políticas que agravan la injusticia y las desigualdades sociales».
En Tokio (Japón), las movilizaciones adquirieron un claro tono antinuclear tras lo acontecido en Fukushima, mientras que en Moscú destacó el perfil electoral de las manifestaciones, con simpatizantes del gobierno (Rusia Unida) y de la oposición (Rusia Justa) midiendo sus fuerzas. Los comunistas enlazaron en su marcha sendos monumentos en recuerdo a Lenin y Marx, mientras que los nostágicos de la época de los zares, de corte derechista y racista, exhibieron lemas como «Rusia para los rusos» o «Fuera la mugre».
En Cuba, las manifestaciones sirvieron para mostrar el respaldo de la clase trabajadora a las reformas aprobadas recientemente en el VI Congreso del Partido Comunista. En Túnez y Egipto también fueron numerosas las protestas ante la poca efectividad de los gobiernos instaurados tras las revueltas. GARA
UGT y CCOO optaron por desplazar a Valencia su acto principal en el Estado español. Ofrecieron una cifra de 20.000 participantes, aunque la empresa especializada Lynce rebajó este número hasta 8.050 personas.
