Un detenido por una agresión sexual en Erandio y otro por malos tratos en Bilbo
GARA | BILBO
Agentes de la Ertzaintza detuvieron durante la tarde del sábado en Erandio a un varón, de 38 años de edad, acusado de haber agredido sexualmente a una mujer con la que comparte piso. Según informó el Departamento de Interior, hacia las 14.30 desde un domicilio ubicado en este municipio se solicitó la presencia de la Ertzaintza debido a que una mujer había sufrido un posible abuso de carácter sexual. Una patrulla desplazada al lugar constató que se trataba de una vivienda compartida en la que la víctima reside en una de las habitaciones con su pareja.
Según señaló la mujer a los agentes, ésta se encontraba durmiendo sola en la citada dependencia ya que su compañero había acudido al trabajo. En un momento dado, otro de los inquilinos de la casa había accedido al interior de la misma y la había agredido sexualmente.
La denunciante pudo finalmente zafarse del agresor, que trató de impedir por la fuerza que abandonara la habitación. Esta logró abrir la puerta y solicitar ayuda a otra pareja que también reside en la vivienda. Los ertzainas detuvieron al implicado, que estaba todavía en el piso siendo trasladado a la comisaría. La mujer fue evacuada en ambulancia hasta el Hospital de Basurto, donde fue asistida también por un médico forense.
Por otro lado, un hombre de 33 años de edad fue arrestado ayer en Bilbo acusado de propinar varias patadas a su pareja y, tras arrojarla al suelo y golpearla, proferir insultos y amenazas contra ella. Los hechos ocurrieron alrededor de las 3.30, hora a la que una mujer avisó a la Ertzaintza, por teléfono, de que había sido agredida por su pareja en su domicilio de la zona de Atxuri.
Desplazados al lugar indicado, los agentes hallaron a la víctima tumbada en el suelo de una de las estancias. Posteriormente,explicó a los ertzainas que, tras una discusión, su compañero sentimental le propinó varias patadas en el estómago y tras arrojarla, le había golpeado la espalda.
El agresor habría proferido también insultos y amenazas, algo «habitual», según la mujer, que denunció un continuo «maltrato habitual, tanto físico como psicológico».
La víctima tuvo que ser evacuada en ambulancia al Hospital de Basurto para ser atendida de sus lesiones, mientras el agresor fue puesto a disposición judicial.