«La carta de los que resistían en Amaiur ya habla de los derechos nacionales»
Historiador
Esarte se encuentra entre quienes más saben de la historia de Nafarroa, es uno de los nombres de referencia para quienes tengan interés por adentrarse en el pasado. Ha publicado siete libros. Vive en Elizondo y es un hombre pasional. Preside una asociación cultural con el lema de los infanzones, «Pro libertate patria, gens libera state» (Por la libertad de la patria, la gente libera al Estado).
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
A puertas de cumplirse medio milenio de la conquista de Nafarroa, la pelea entre historiadores se encona. Una batalla que no deja ríos de sangre, pero que hace correr ríos de tinta. Esarte es, tanto por carácter como por conocimientos, uno de los arietes de quienes lloran la pérdida de la independencia de un Estado que quedó a merced del imperio de los reyes católicos, que se levantaba a costa de Al Andalus y América. Esarte ha resumido para Pamiela su hasta hora obra magna, «Navarra, 1512-1530. Conquista, ocupación y sometimiento militar, civil y eclesiástico», que ronda las mil páginas, para sacar un texto menos grueso: «Breve historia de la invasión de Navarra (1512-1530)».
Otra vez viaja hasta la conquista... ¿Se ha moderado?
No, la misma visión, el mismo tema. Más didáctico, para la gente que tiene miedo a echarle mano al tocho.
¿Ha seguido el congreso organizado por UPN sobre la invasión de 1512?
Ellos van a su onda. Son mentes que se encierran en sí mismas. ¡Ni siquiera han conseguido llenar el auditorio! Pero, ahora los historiadores serios y la gente que podría continuar con aquellas tesis, como Pedro Monteano, se les escapan. De hecho, Monteano ha escrito denunciando el criterio tan cerrado que se ha utilizado para elegir qué historiadores participan.
¿Por qué cree usted que lo han convertido en un guetto?
Porque no se atreven a decir que fue una invasión militar, que continuó después con dos siglos de sometimiento militar. ¡El Virrey también era el Capitán General! Las Cortes navarras trataron de legislar, pero al final todo se decidía en Castilla. El Consejo Real recortaba todo lo que surgía de la voluntad de los navarros. Ése es el camino mediante el cual un Estado degeneró a la provincia que tenemos hoy. Ya no queda fuero, todo es Constitución. Hoy no podemos decir que exista un uso o una costumbre que se respete. No queda nada. Esto no es un Estado autonómico, nadie tiene autonomía. Lo único que existe es descentralización del poder.
Pero son ya quinientos años.
¿Y qué? Es actual porque ya no es una cosa utópica, porque antes la gente se reía cuando te escuchaban hablar de independencia. Ahora no se ríe nadie. En Barcelona, donde la gente no conoce a sus vecinos, ha salido un 21% a votar el referéndum. El hecho de que la gente salga a votar, sin importar qué elección tome, demuestra que la independencia es factible. Lo que une el ahora y lo que ocurrió en 1512 es la conciencia de que esta nación fue avasallada y colonizada para que perdiera sus derechos. Hoy levantamos la cabeza para reivindicar esos derechos. No hemos renunciado a ellos.
Frente a esto, ¿qué defiende la otra rama de historiadores?
Que entonces no existía el concepto de nación. Pero es obvio que existía un ideal de independencia entre quienes lucharon contra las tropas del Duque de Alba. ¿Tenían lealtades feudales? Pues, podría ser que sí, pero cuando se encierran en Amaiur, escriben una carta diciendo que la nación les recordará y en el que se habla positivamente de derechos nacionales. Está claro que existía un concepto de Estado, que además pervivió en el tiempo a través de las Cortes que, por ejemplo, se resistían a que los foráneos ocuparan cargos públicos. Pero cada vez que los navarros fueron a Madrid perdían más y más derechos. Al volver, los representantes navarros jamás lo reconocían, pero visto está que ya no quedan. Además, ¿qué validez tienen esos amejoramientos si no han sido votados en referéndum?
Volvamos al siglo XVI. ¿En qué asuntos discrepa usted de la línea oficial?
Intentan vendernos que fue una lucha entre navarros. Dicen que fue un cambio en la conformación de los Estados que ocurrió en la misma época en toda Europa, pero los Estados estaban formados. España y Francia se disputaban el control del mundo, querían ser como los romanos. Los paraoficiales no quieren oír que en Nafarroa entra- ron tropas para ganarse el salario con el saqueo. Es mentira que fueran tropas navarro-castellanas. Estaba el conde de Lerín, pero debía obediencia al católico y llevaba tropas castella- nas, de su cuñado, conde de Nájera.
¿Tiene sentido comparar la conquista de Nafarroa con lo que estaba ocurriendo al mismo tiempo en América?
Mucho. Tres hijos de Francisco Pizarro terminaron de luchar en Nafarroa y se montaron en un barco rumbo a América. Pero ni en un sitio ni en otro se preocuparon en aprender nada, ni aquí el euskara ni allí las lenguas precolombinas. Sólo conocían la sangre y el fuego.