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«Gu bai Gu», la Nueva Escuela Pública Vasca camina con el orgullo del trabajo bien hecho

Un humilde homenaje por un trabajo nada humilde ni sencillo. Sortzen Ikasbatuaz quiso reconocer el ímpetu de muchas familias residentes en la zona «no vascófona» para que sus hijas e hijos estudien en euskara. Bajo el lema «Gu bai Gu, Euskal Eskola Publiko Berria», la jornada festiva estuvo marcada por la demanda de que el derecho a vivir en euskara se respete en todos los rincones de Euskal Herria.

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Maider EIZMENDI

No habían dado las diez de la mañana y el parque de La Taconera y sus alrededores eran un ir y venir de gente que se apresuraba para ultimar todos los preparativos, antes de que la afluencia de público aumentase. En el bar, los trabajadores se afanaban en descorchar botellas de vino y sidra que servirían posteriormente; los técnicos comprobaban los micrófonos y, en las casetas dispuestas para la venta de tickets, sacaban los vales de las cajas de cartón.

Si normalmente las zonas sombrías del parque son las más deseadas, ayer por la mañana las personas que se acercaron a la fiesta rebuscaban los rayos de sol que se hacían hueco entre las ramas de los árboles. Y es que la mañana, aunque soleada, se despertó fresca, una sensación a la que los presentes hicieron frente, cómo no, uniendo la fiesta y la reivindicación.

El acto inaugural de esta XVI edición que se celebró bajo el lema «Gu Bai Gu, Euskal Eskola Publiko Berria», arrancó con los bertsos del flamante campeón de bertsolaris de Nafarroa, Julio Soto, que puso rima y tono a la demanda de la Nueva Escuela Pública Vasca.

Durante su intervención, el coordinador en Nafarroa de Sortzen Ikasbatuaz, Nestor Martínez, recordó que este año se cumple el 25 aniversario de la Ley del Vascuence, un marco que discrimina a muchos municipios enmarcándolos en la zona «no vascófona».

El objetivo es, tal como explicó, que el derecho a vivir en euskara esté garantizado en todos los pueblos y rincones de Euskal Herria, «lo que, a día de hoy, no se hace». Por ello, recordó y apoyó a todas las personas que, pese a las dificultades, hacen una clara apuesta por el idioma nacional.

Para resaltar este contexto, Sortzen Ikasbatuaz quiso rendir un humilde pero emotivo homenaje a las personas que, por su sensibilización y perseverancia y pese a todas las trabas, matriculan a sus hijos e hijas en el modelo D. Argi Rus recogió el obsequio en nombre de la asociación Biderra, que agrupa a familias de Mendigorria, Artaxoa y Larraga.

Pese a las dificultades

Rus se mostró agradecida por el homenaje y por la ayuda que les prestan diariamente. Un día a día en el que tienen que hacer frente a numerosas dificultades por el hecho de haber optado por que sus hijas e hijos estudien en euskara: «Un gasto económico añadido, el riesgo derivado del transporte en vehículo a los centros escolares...».

Lo más «fácil» hubiera sido, tal y como relataba, matricularlos en el modelo A, pero ella, al igual que cada vez más habitantes de estas localidades, han sabido resistirse a la tentación del camino más asequible. «Yo, por desgracia, estudié en el modelo G y he tenido que aprender euskara de mayor y con muchas dificultades. No quiero que mi hijo corra la misma suerte», añadió.

El acto inaugural, al que acudieron representantes de Bildu y Nafarroa Bai 2011, inmersos en la campaña electoral, concluyó con el habitual cambio de testigo. Los organizadores de este año, de la escuela Ermitaberri de Burlata, cedieron el honor a la escuela de Berriozar, cuyo representante admitió que asumen este cometido con «mucha ilusión y con responsabilidad». Seguro que dentro de un año se podrá comprobar su esfuerzo

«Cuanta más gente, mejor»

Ya para las once y media de las mañana muchas de las botellas que habían sido descorchadas previamente estaban siendo repartidas entre los asistentes. «Por momentos tenemos mucho trabajo, pero eso también se agradece en días como hoy. Cuanta más gente venga y más trabajo tengamos. mejor», comentaba Pello López mientras preparaba bocadillos en una esquina de la barra.

A pocos metros estaba instalada la tómbola en la que se sorteaban numerosos obsequios, entre los que destacaban las bicicletas y las camisetas firmadas de varios equipos de deporte. «Coge el boleto y agítalo a ver si te da suerte», le decía un hombre a su hijo, antes de que éste, expectante, abriese el dichoso sobre. No valió con agitarlo. «Hemos comenzado a las diez y cuarto y, aunque al principio la gente ha venido poco a poco, parece que se va animando», explicaba Pilar Martínez, que atendía en el puesto y resaltaba que para esa hora habían repartido varios premios jugosos, como una cámara de fotos.

Muy entretenida y satisfecha trabajaba la zubietarra Joxepa Loiarte, que enseñaba a hacer talos a los txikis que se acercaban. «Nosotros aprendimos a hacer talos desde pequeños; para mí es muy importante que también lo aprendan», explicaba. «A los niños y a las niñas -prosiguió- les gusta mucho comer talo, probablemente porque se han aburrido de comer tanto dulce».

La jornada apenas había alcanzado el ecuador y todo el engranaje festivo estaba en marcha: paredes para escalar, talleres donde pintarse la cara, puestos de comida y bebida, gigantes y cabezudos, dulzainas, la actuación de Pirritx y Porrotx... Y todavía quedaba por delante la tarde y muchísimas ganas de festejar y reivindicar sin descanso.

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