Clasificación... y gracias
Los rojiblancos se clasifican para la Europa League gracias a un obligatorio pero rácano punto, en un partido que tuvo que ser una fiesta entre jugadores y público, pero que terminó con el técnico local abroncado por ir a por el empate y no a por la victoria
ATHLETIC 1
MÁLAGA 1
Joseba VIVANCO
¿Liverpool o Celtic? Ahora sí que pueden hacer juego. El Athletic duerme desde anoche en la Europa League. «Lo primero es sellar Europa y luego buscar el quinto puesto», recordó Gorka Iraizoz en la previa del partido. Pues certificado lo primero, desde mañana toca centrarse en sacar los 3 puntos necesarios en el hostil Sardinero para que hechos los deberes, la nota final sea un bikain mejor que un ondo. Pero nunca se habrá visto en La Catedral una clasificación europea que dejara tan mal sabor de boca al aficionado, con la grada abroncando al entrenador al final del partido y los jugadores con ganas de irse a la ducha. Pero no empezemos por el final, sino por el inicio.
Faltaba el venezolano Rondón en el ataque malagueño, pero el equipo andaluz se dedicó durante los minutos siguientes al arranque del encuentro a meter en un rondo a los bilbainos y por sorpresa soltar balones a sus dos delanteros para asustar a la grada una y otra vez. El Athletic no parecía estar en el partido y trataba de jugar a algo pero sin saber a qué, ante la superioridad de desborde del Málaga. Un poderoso Baptista se hacía con casi cada balón arriba y su pequeño escudero Recio se encargaba de prolongar sus jugadas. Tuvo dos ocasiones el brasileño antes de cumplirse los diez minutos de juego, una de ellas clarísima para marcar, que golpeó fuera.
Poco a poco los bilbainos empezaron a despegarse de ese control blanquiazul, pero arriba, Llorente, con sus rizos pasto de la peluquería, parecía Sansón, sin fuerza. Cada balón era un balón perdido, lo que encrespaba en ocasiones a la grada. No fue hasta el minuto 22 cuando logró girarse en la frontal del área y rematar a la media vuelta, aunque alto.
Por suerte para los leones, el Málaga bajó el pistón e Iraizoz empezó a sufrir menos, Amorebieta a ganar los lanzes a Baptista, en ataque el balón duraba algo más, y tuvo que ser el habilidoso Muniain quien levantara a La Catedral de sus asientos tras irse de todo un Demichelis en una baldosa. Sólo le paró con una falta que David López casi cuela en la red visitante sorprendiendo a Caballero e incluso a sus propios compañeros.
El Athletic cogió alas, Llorente empezó a bajar balones al suelo, las olvidadas hasta entonces bandas entraron en juego y Castillo e Iraola iniciaban un serial de centros al área... Y en ese despertar, nuevo susto del Málaga: Juanmi logra penetrar en el área, sortea la salida de Iraizoz y es un recuperado Amorebieta el que saca el esférico de la misma raya de meta.
La jugada fue un aviso. El Athletic rondaba el área pero no mordía. Y en esas, en una vertiginosa triangulación malacitana cerca del área rojiblanca, el balón le llegó con ventaja a Recio, enfiló portería y a la red. San Mamés enmudeció. Y casi se muere apenas tres minutos después con el susto que le dio Baptista, que trató de jugársela a Iraizoz con una vaselina a la que el navarro llegó con muchos apuros, mientras la grada contenía la respiración. Los zarpazos los daba el Málaga. Y el Athletic ni arañaba. Y aun así, al llegar al descanso, los rojiblancos se metían en Europa, gracias al empate momentáneo del Espanyol.
Penalti y expulsión
Pero no lo iba a necesitar. En el segundo tiempo, el Málaga volvió a salir mejor y casi marca de cabeza Eliseu en un balón alto en el que Iraizoz se confió. Y entonces, llegó él, el penalti. Córner a favor del Athletic y otra vez un árbitro que se apiada de los lamentos de Llorente. Y, encima, canasta de tres, porque Demichelis recibe la segunda amarilla y se va a la calle. Lanza el especialista David López, lo ajusta tanto que se estrella en el larguero, con la fortuna de que el rebote va al brazo de un jugador malagueño y, de nuevo, penalti a instancias del linier. Y a la segunda, la vencida. Gol y el partido cuesta abajo. La aceituna estaba abierta y sólo había que tirar el hueso.
Pero con igualdad en el marcador y superioridad numérica sobre el césped, el partido se volvió un tanto loco, de ida y vuelta, con un Athletic acelerado, fallón en los pases, que de repente se encontró como sin saber cómo manejar el encuentro y un Málaga que no renunciaba a nada, manteniendo sus dos puntas arriba.
Un ocasión de Llorente fue lo que dio de sí esa superioridad en los siguientes veinte minutos, con un equipo rojiblanco con mayor posesión de balón y acelerado. Pero la sensación era de que no iban en serio. Tanto que el público abucheó el cambio de Llorente por Gabilondo y la grada tronó aún más contra Caparrós cuando a falta de cinco minutos para el final, el técnico sacó a Iturraspe por Orbaiz para perder tiempo.
El tuya mía final de los jugadores bilbainos encrespó aún más a los aficionados, que veían un inexplicable conformismo en sus equipo. El pitido final dio paso a un levantamiento generalizado del público para clamar contra el técnico de Utrera, con gritos de ¡fuera, fuera! Y lo que debía ser una fiesta por alcanzar Europa se tornó en un epílogo de partido que nadie había soñado. «Clasificación, amigo».
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Lograda la clasificación europea, Fernando García Macua ya puede deshojar la margarita y a la par que anunciar su candidatura a la presidencia del club, hacer lo propio también con la fecha electoral, que no será en todo caso hasta finales de junio. Su esperado paso será el que sirva de pistoletazo de salida para otros posibles aspirantes a Ibaigane, caso del ex-capitán Josu Urrutia, que todo indica sí se presentará.
Una hora antes del comienzo del partido, la Peña Deusto aprovechó para seguir recabando firmas en favor del arco de San Mamés, iniciativa que ya acumula 20.000 apoyos particulares y el respaldo de un centenar de peñas. «Seguiremos con esta campaña de recogida de firmas hasta que algún responsable del club certifique que el arco no se destruirá y que se ubicará en algún punto de la ciudad», argumentaron los promotores de la campaña.