OSASUNA Se la jugarán ante el Villarreal
Una última dosis de sufrimiento
Los rojillos volverán a repetir pasados episodios ligueros y se la jugarán en la última jornada ante el Villarreal, aunque en esta ocasión les vale con un empate. Ese mismo punto lo saborearon durante muchos minutos en Getafe, pero sucumbieron tras el descanso.
GETAFE 2
OSASUNA 0
Natxo MATXIN
Ya casi por habitual no es noticia, pero Osasuna volverá a jugarse la vida en la última jornada. En muchas fases del choque del Alfonso Pérez tuvo controlado al anfitrión y acarició el punto que le hubiese salvado, pero no supo gestionar la salida del Getafe tras el paso por vestuarios. Los de Michel le echaron más casta en ese momento y decantaron la balanza para que ahora los rojillos deban, al menos, sumar ante el Villarreal.
Curiosamente, se notó, al reves, en el inicio del choque la diferente necesidad de ambas escuadras. Los rojillos se planta- ron muy bien en el campo ante un ansioso Getafe, con una propuesta más sólida, tocando con criterio y llegando de manera peligrosa a la meta de un Ustari que se vio obligado a salir a la desesperada hasta en tres ocasiones durante los primeros compases.
Los de Michel intentaron presionar arriba a la escuadra navarra, pero la fórmula poco tiempo les duró a los azulones, lo que les costó darse cuenta que era fácilmente superada con cuatro acertados toques, sobre todo porque en las líneas locales mediaron muchos metros. Osasuna estaba cómodo, aunque el conjunto madrileño también llegaba de manera esporádica, como la que tuvo prácticamente a puerta vacía Pedro Ríos a los diez minutos y el disparo lejano en el 27 de Manu, al que respondió con seguridad Ricardo.
A ello, los de Mendilibar contrapusieron las arrancadas de Kike Sola, que cortó bien la defensa getafense en varias ocasiones, con llegadas desde atrás de los centrocampistas. Vadocz remató en el 12, pero el esférico golpeó en un defensa, Cejudo lo intentó desde la frontal del área en el 40, aunque se marchó arriba, y Damià se coló uno después, si bien su disparo también salió desviado.
Osasuna seguía imponiendo su autoridad en el dominio del balón, pero su rival volvía a meterle el miedo en el cuerpo rozando el descanso. Un centro chut desde la izquierda de Colunga a punto estuvo de ser rematado por un Miku viniendo desde atrás. Sin embargo, el delantero venezolano se quedó corto en su intento y Ricardo, otra vez atento, despejó con una estirada a corner.
Aprietan los anfitriones
El Getafe salió de otra manera tras el paso por vestuarios. El gol del Zaragoza -entonces los azulones estaban en descenso- y los cambios ofensivos de Michel -Parejo y Albín- aceleraron a los anfitriones, que encerraron a Osasuna en su campo, sin que ahora los rojillos supiesen cómo contrarrestar las avalanchas madrileñas.
Los de Michel iban a por todas, Colunga y Marcano avisaron de sus aviesas intenciones, y sólo una colada de Damià que cortó un defensa cuando llegaban dos compañeros en posición favorable ponía el contrapunto a un choque que había virado en redondo. Por momentos, a los rojillos se les acabaron las ideas, se les fundieron los plomos y empezaron a sufrir como no lo habían hecho hasta entonces.
Y las cosas se pusieron todavía peor cuando, al tratar de despejar un envío raso muy rápido de un rival, Miguel Flaño se metió el 1-0 en propia puerta, lo que dio alas a los azulones, quienes pudieron sentenciar mediante Albín. A la escuadra rojilla le costó reaccionar, pero poco a poco lo hizo.
El último cuarto de hora tuvo color encarnado. El Getafe se cerró atrás, defendiéndose con uñas y dientes, mientras que Osasuna comenzó a encadenar un carrusel de ocasiones en las botas de Kike Sola y, sobre todo, en la cabeza de Pandiani, cuyo remate lo rozó Ustari para enviarlo al travesaño, pero que no trascendieron en el electrónico. A diferencia de una de las dos contras que montó el cuadro getafense, que Pedro Ríos materializó en el 2-0 final.
Ya en sala de prensa, Mendilibar renococió que el equipo había acusado «el jugar los dos últimos partidos muy seguidos, con tensión y teniendo que dar el máximo hasta el último momento», lo que provocó que sus pupilos no estuviesen «frescos ni rápidos». El de Zaldibar quiso darle valor al hecho de que la permanencia «se jugará ante nuestro público» y a que la escuadra que dirige «sabe lo que nos jugamos y ha demostrado ser competitiva en los momentos más difíciles».
Lo nunca visto. Seis equipos se jugarán la salvación el próximo domingo en cinco partidos diferentes. Y el listón estará más alto que nunca: si el año pasado el Málaga se salvó con 38 puntos, este año hay quien puede caer al pozo con 44 si los goal-averages no le ayudan. Y en esa cota están tanto Osasuna como la Real Sociedad.
Los navarros, acostumbrados a la agonía, sólo bajarían con una carambola a múltiples bandas, pero que puede producirse. Estará salvado con lograr un solo punto ante el Villarreal, que ayer se quedó en tierra de nadie; es cuarto clasificado sin opción a aspirar a más pero tampoco a menos.
El baile de combinaciones enloquecidas empieza si Osasuna pierde y se queda con 44. El siguiente partido al que hay que mirar es el Levante-Zaragoza. Los maños tienen que ganar para adelantar a rojillos y donostiarras, pero eso parece bastante probable una vez que los levantinos ataron ayer la permanencia. Y más aún teniendo en cuenta que los de Javier Aguirre se salvan directamente si ganan.
Después viene el partido del Deportivo, que tiene 43 puntos y recibe al Valencia, ya de vacaciones anticipadas. Apuesten a un 1 en la quiniela, con lo que los de Lotina también amarrarían la Primera.
Siguiente encuentro para la carambola: Real Sociedad-Getafe. Una victoria de la Real salvaría a Osasuna aunque pierda, porque dejaría al Getafe con 43. La victoria de los madrileños, por contra, provocaría un empate a puntos entre los dos vascos, en el que el goal-average particular favorece a Osasuna (3-1 en El Sadar y 1-0 en Anoeta). Lo más peligroso para los rojillos es sin duda el empate en Donostia, ya que si pierde ante el Villarreal se quedaría igualado a puntos con el Getafe, con el que tiene un balance en contra (0-0 en El Sadar y 2-0 ayer). Es decir, que bajaría si los dos se encontraran en la cota de los 44 puntos. A Osasuna le favorece que en Anoeta no sea fácil que haya empate, y es que el Getafe necesita ganar si no quiere quedar a expensas del Zaragoza y de otros marcadores.
Pero hay más. En ese caso de empate en Anoeta el embrollo podría ser tremendo, porque también el Mallorca puede incorporarse al bloque si pierde su último encuentro (ante el Atlético de Madrid, no lo tendrá fácil). Sería otra mala noticia, ya que con los bermellones Osasuna tiene el mismo balance contrario que con el Getafe. E incluso podría haber un cuádruple empate si se incorporara el Dépor empatando ante el Valencia. No mejoraría la cosa, porque el goal-average con los gallegos está igualado (0-0 en los dos encuentros).
Así pues, la carambola diábolica para Osasuna sería un empate a 44 puntos Osasuna-Getafe, Osasuna-Getafe-Mallorca u Osasuna-Getafe-Mallorca-Deportivo. Hay incluso una última excepción: si el triple empate es con el Getafe y el Deportivo (el Mallorca se sale puntuando), quien baja es el equipo de Riazor.
Demasiadas combinaciones, sin duda, para perder más tiempo con la calculadora. Si suma un punto, se acaban todas las elucubraciones y Osasuna encadenará su duodécima temporada en Primera, acercándose al récord de permanencia que tuvo en la anterior «tacada», entre 1980 y 1993. La situación es tan rocambolesca que cualquiera de los equipos implicados tiene la salvación en su mano: será de Primera si gana.
Los rojillos de División de Honor ganaron en Valdebebas (1-2) en los octavos coperos a un Real Madrid que acusó la expulsión de Dérik a los nueve minutos tras impedir un remate de Alberto solo ante el portero merengue. Rubio transformó el penalti y después Casi, en la segunda parte, colocó el 0-2. Una pena que los merengues recortasen diferencias en el descuento. La vuelta será este fin de semana en Tajonar.
