La Real tendrá que sumar un empate ante el Getafe para asegurarse la permanencia tras encadenar en Sevilla su novena derrota consecutiva a domicilio al fracasar la versión del catenaccio que improvisó Lasarte y que sólo valió para que su equipo sea el más goleado de Primera.

A pesar de que la Real le demuestra cada domingo que cuanto más cerca está de su portería más débil es, y lo mismo pasa con el Sevilla, Lasarte dejó en el banco a casi todos los jugadores de talento y de ataque, y encerró en su área a un equipo repleto de defensas que, en muchos casos, atraviesan un mal momento de juego y confianza.

En el primer tiempo quedó claro que el planteamiento no valía, pero la Real siguió igual en el segundo hasta que Kanouté sentenció en cinco minutos con dos goles. Cuando Xabi Prieto y Agirretxe entraron ya era demasiado tarde. Sólo sirvió para que quedara claro que esta Real cuando juega más adelantada es tan fuerte como débil es el Sevilla y para que el delantero de Usurbil mejorara aún más su promedio de goles por minutos jugados. De poco le ha valido. El domingo vuelve Tamudo y no sería extraño que ni se vista.

Es difícil de entender, pero todo el planteamiento de Lasarte fue un atentado a la lógica. No por alinear más defensas se defiende mejor. El Sevilla realizó 25 remates y marcó 3 goles y pudo lograr más. Y Aranburu, el jugador más en forma, sin jugar...

Nueve jugadores defensivos

Y es que en la ocurrencia de ayer no había lugar para jugadores de talento y que estén bien porque, de once, nueve eran defensivos y la mayoría en una mala forma. Lasarte se decantó por el planteamiento más defensivo que ha tenido la Real en muchos años. Apostó por una defensa de cinco y por tres pivotes defensivos, con Griezmann e Ifrán en punta para recoger los balones que pudiera enviarles... Claudio Bravo.

La Real no sólo presentó una alineación más defensiva, también se mostró más agresiva que en anteriores salidas. Para el minuto 17 ya había cometido seis faltas -en Mestalla hizo 8 en todo el partido- y en tres de ellas los realistas debieron ser castigados con tarjetas. Elustondo la vio, pero De la Bella y Mikel González también las merecieron.

Se puede jugar con tres centrales y dos carrileros largos, pero Estrada y De la Bella estuvieron en defensa siempre a la misma altura que sus centrales y demasiado metidos hacia el centro, lo que provocó que desde las bandas los sevillistas centraran con facilidad, porque los pivotes realistas llegaban tarde a taponar.

Ni esa necesaria agresividad ni la acumulación de jugadores dentro del área permitió defender bien y Negredo creó muchos problemas a Labaka en su fuerte, el juego aéreo. Dos remates de cabeza suyos propiciaron las mejores ocasiones del Sevilla del primer tiempo, con una buena intervención de Bravo y un remate al larguero tras un ligero empujón al azpeitiarra.

Otro balón dejado de cabeza por Negredo permitió a Perotti disponer de una buena opción en un remate desde dentro del área que detuvo Bravo. Además Alfaro tuvo dos buenas oportunidades al rematar de cabeza dentro del área tras superar el marcaje de Rivas en un corner y al disparar fuera por poco.

Hasta once remates efectuó el Sevilla en el primer tiempo, por uno solo de la Real en un balón largo de Bravo que Ifrán ganó a la defensa sevillista con habilidad, pero se le fue fuera por poco su disparo con la pierna izquierda. La Real no hizo más en ataque porque el Sevilla acaparó la posesión de balón y los de Lasarte estuvieron casi siempre metidos en los últimos 35 metros y tampoco había jugadores apropiados para atacar. Pero Lasarte no vio que debía cambiar nada porque al descanso se llegó con su objetivo cumplido.

Los cambios, tarde

El segundo tiempo comenzó como el primero, con una Real que se limitaba a defender y que no lo hacía bien. Antes del gol de Kanouté, Alfaro se fue del marcaje de Markel en una falta y cabeceó a dos metros de la portería al poste. Y en segunda jugada tras otra acción de estrategia Cáceres volvió a centrar desde la derecha sin que Rivas llegara para impedirlo y Labaka fue superado en el salto por Kanouté y Bravo falló al quedarse a media salida y permitir que el remate entrara por el centro de su meta.

Ese gol echaba por tierra el planteamiento de Lasarte, que se decantó por dar entrada a Xabi Prieto y Agirretxe. Mientras estaban en la banda preparados para salir, Perotti, tocado, tuvo espacio para centrar porque Elustondo llegó tarde y tampoco valió que los cinco defensas estuvieran en el área para impedir un remate cómodo de Kanouté, que superó a Mikel González.

Agirretxe metió a la Real en el partido tras pase de Xabi Prieto para demostrar la injusticia de la que es víctima e incluso hubo dos manos de defensores del Sevilla que Turienzo Álvarez no sancionó. Se veía que los andaluces tampoco tienen seguridad en defensa, pero no llegó el empate y Negredo sentenció en la enésima jugada defensiva en la que los realistas estuvieron mal.

Y además no acompañó ninguno de los resultados necesarios para asegurarse la permanencia ayer sin necesidad de puntuar y la Real deberá puntuar en el último partido y además sin Markel, que vio la quinta tarjeta en un lance tan desafortunado como todo el partido.