Voces autorizadas en Occidente claman por una intervención abierta en Siria
En medio de la confusión, de la que el régimen es como poco corresponsable por su política de cierre informativo, la versión que imputa al Gobierno una carnicería cobra cuerpo y da alas a quienes desde Occidente abogan por una intervención militar para forzar el cambio en Siria.
GARA
El ex general estadounidense de la OTAN Wesley Clark ve posible una intervención militar internacional en Siria. En una entrevista a la agencia de noticias austríaca APA, el antiguo jefe militar aliado señaló que «nadie en EEUU quiere intervenir pero si Siria sigue matando a sus ciudadanos, se acabará actuando como en el caso de Libia».
El presidente sirio, Bachar al- Assad, «debe tener claro que no podrá escaparse matando a gente sólo porque Siria tiene un Ejército fuerte», dijo el ex comandante de las fuerzas de la OTAN durante la guerra de Kosovo en 1999.
«¿Cuánto tiempo más puede al-Assad ignorar el derecho internacional?», se preguntó el general retirado, quien se encuentra en Viena con motivo de una conferencia sobre cooperación internacional, en la que también participa el ex presidente de EEUU Bill Clinton.
Funerales y versiones
Mientras tanto, diversas localidades y ciudades sirias se preparaban para enterrar a los muertos de la víspera, viernes de protesta convocado por la oposición.
«Las autoridades sirias siguen haciendo un uso excesivo de la fuerza y utilizan balas reales para hacer frente a manifestaciones en distintas regiones del país», aseguró en una llamada telefónica a la agencia AFP Ammar añ-Qurabi, jefe de la Organización Nacional de Derechos Humanos de Siria.
Fuentes opositoras cifran en 44 las personas muertas el viernes, 26 en la provincia de Idlib (oeste), 13 en la ciudad de Homs (centro), 2 en la localidad de Deir Ezzor (este), 1 en Daraya (extrarradio de Damasco), otra en Lataquia (oeste) y una última en Hama (centro). Estas mismas fuentes incluyen a un soldado entre las víctimas.
El régimen imputó a «grupos armados» la muerte de 17 personas, entre civiles y uniformados. En esta línea, acusaron a estos grupos de aprovechar las manifestaciones pacíficas y «el compromiso del Gobierno de no disparar para no causar muertes, para quemar propiedades privadas y comisarías de Policía en distintas zonas».
El régimen sirio culpa a grupos armados apoyados por islamistas y por actores extranjeros de la mayor parte de la violencia relacionada con las protestas, que comenzaron hace nueve semanas y en las que han muerto más de 120 soldados y policías.