José Luis Segovia Bernabé 2011/5/19
Consagrar un trato degradante
Diagonal
Acaba de entrar en vigor un nuevo Reglamento Penitenciario que da cobertura legal al polémico Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES). Pretende salvar la declaración de nulidad de pleno derecho efectuada por el Tribunal Supremo en 2009. La resolución judicial confirmaba lo que desde Madres Unidas contra la Droga y Coordinadora de Barrios se venía denunciando: la manifiesta ilegalidad de este fichero y su repercusión sobre los derechos de los destinatarios.
Nos preocupa la existencia del FIES -se llame como se llame y tenga el rango normativo que tenga- en cuanto supone, por más que su regulación diga otra cosa, un serio condicionante restrictivo del régimen de vida de las personas incorporadas al Fichero. En especial es denunciable el régimen FIES-1 de Control Directo, que afecta mayoritariamente a personas sometidas al severo régimen de primer grado (aislamiento en celda). El Reglamento Penitenciario reformado legaliza prácticas como el cambio sistemático de celda, los continuos registros y cacheos, los controles cada hora, las 21 horas de incomunicación, etc.
(...) se debe evitar la consagración legal de un trato degradante institucionalizado: la posibilidad legal de que una persona pueda cumplir su condena «a pulso», en régimen de aislamiento y continuo control invasivo de su intimidad. Son cada vez más las voces discrepantes con este trato inhumano. (...)
Finalmente, coincidimos en que «una visión funcionalista y utilitarista del Derecho relativiza el carácter restrictivo del ius puniendi. Se acaban vinculando los derechos humanos al criterio del merecimiento moral. Las condiciones del aislamiento penitenciario son tan duras y suponen una negación tal de la sociabilidad humana que el aislamiento debería quedar como última medida, por el tiempo mínimo imprescindible, afectado por una finalidad concreta mensurable y sometido a un máximo temporal infranqueable».