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Giro 2011 Triunfo vasco en los Dolomitas

Igor Antón se eleva a los altares en la cima del Zoncolan

El de Galdakao dio una lección en las empinadas cuestas de la «porta del inferno», dando a Euskaltel su primer triunfo en el Giro. Ahora es tercero en la general a un segundo de Nibali, segundo clasificado.

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Arnaitz GORRITI

Benvenuti alla porta dell'inferno, rezaba una pancarta en las faldas del Monte Zoncolan, una auténtica barbaridad de subida que elevaba ayer a Igor Antón a los altares del ciclismo. El corredor de Galdakao logró un muy meritorio triunfo, descolgando a todos y cada uno de sus rivales mediante un ataque largo y sostenido -se tuvo que fajar con exiguas ventajas en los siete últimos kilómetros de la meta, con el aliento de Contador, Scarponi, Nibali y Joaquim Rodríguez en la nuca-, otorgando a la escuadra naranja su primera victoria parcial en la corsa rosa.

Pero la subida a los altares de la élite no se limitaba al triunfo parcial, ya que Igor Antón logró escalar hasta la tercera posición de la general, quedándose a 3.21 de un Alberto Contador que ayer se mostró más «humano» -por solidaridad con Antón o por conservadurismo, el líder del Giro se negó a relevar a Scarponi primero y a Nibali después, ganándose el abucheo de los tifossi- y a tan solo un segundo de Nibali, segundo clasificado. Y lo que resta de Giro, con todas las reservas, parece sonreír al de Galdakao.

«La UCI, cobardes e incapaces»

«Es el triunfo que más me ha costado, por lo agónico, pero también la mejor victoria de las que llevo», reconocería el propio protagonista. «Lo veía muy muy difícil, después de ver cómo marchaban estos días Contador o Rujano, pero he apostado desde lejos. He luchado contra mí mismo, he calculado los esfuerzos y me ha salido muy muy bien», añadió.

Antes del clímax por la victoria, la decimocuarta etapa del Giro entre Lienz y el monte Zoncolan vivió una jornada de cambios de raíz en el recorrido.

El paso del monte Crostis quedaba suprimido a medianoche, con la alternativa del paso del Tualis, una cota de segunda categoría, que al final también quedaba fuera de la ruta de los esforzados de la carretera, recortando el recorrido en 20 kilómetros. Estos cambios provocaban que el director del Giro, Angelo Zomengan, no pudiese evitar externalizar su monumental cabreo. «El ciclismo no merece estos mánagers y esta UCI; son cobardes e incapaces», insistía.

Mientras, una fuga de tres hombres tomaba cuerpo en la etapa: Rabottini (Farnese Vini), Tankink (Rabobank) y Brambilla (Colnago). Con el beneplácito del pelotón, el trío fugado rozó los 11 minutos de renta, hasta que el Liquigas asumió la responsabilidad de atraparlos. El cambio de recorrido restó emoción a la pelea entre los jefes, pero la proximidad del Zoncolan hacía que todos los «gallos» no se perdieran de vista.

La tenacidad de Antón

Mientras el trío delantero se disolvía, con Tankink como último superviviente, Fue Joaquim Rodríguez -Katusha- el primero en moverse, a más de siete kilómetros, todo un mundo en semejantes rampas.

Viendo que Purito podría ser un rival peligroso, Igor Antón saltó a por él, llevándose a Contador y Scarponi por detrás. Nibali o Menchov seguían a distancia mientras que Kreuziger y Arroyo se hundían sin remisión. El de Galdakao llevaba el peso del grupo cabecero, pero se sentía incómodo, y atacó con fuerza, reventando a Rodríguez y descolgando a Scarponi. Contador se mantenía a la expectativa, mientras que Nibali, tras quedarse en los primeros ataques, se recuperaba de a poco.

Durante muchos momentos parecía que Scarponi y Contador, o Nibali y Contador -después de que el siciliano del Liquigas llegara a la altura de Contador y descolgara al de Lampre- cazarían al vizcaino.

No obstante, entre la tenacidad del galdakaoztarra y la falta de acuerdo entre los perseguidores permitirían que el de Euskaltel recuperara el resuello y abriera una diferencia que no sólo le permitían llevarse la etapa, sino que además se mete de lleno en la lucha por el podio.

«Estamos en una situación muy buena, pero no hay que volverse loco. Interés no va a faltar, pero con la etapa conseguida, lo demás bienvenido será. Hay que ir día a día», declara un prudente Igor Antón al respecto.

El Giro vivirá hoy otra jornada montañosa: 229 kilómetros entre Conegliano y Gardeccia-Val di Fassa, con puertos como la Marmolada y el Passo Giau, Cima Coppi, a 2.236 metros, antes de afrontar la ascensión final.

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