PROTESTAS DEL MOVIMIENTO 15-M
Los «indignados» se plantean qué hacer el día después de los comicios
Los «indignados» seguían ayer en la madrileña Puerta del Sol desarrollando una «jornada de reflexión pacífica», como hacían miles de personas más con idénticos planteamientos en otras ciudades del Estado. Los participantes de la conocida como Acampadasol decidirán hoy a las 11.30 horas en una asamblea multitudinaria si continúan en la plaza más allá de las elecciones. La iniciativa Toma la Plaza ya ha convocado actos para el próximo sábado, 28 de mayo.
Begoña FERNÁNDEZ (EFE) | MADRID
Los participantes de la acampada que se viene desarrollando en la Puerta del Sol de Madrid decidirán a las 11.30 horas si continúan o no en dicho lugar tras la jornada de elecciones. Lo confirmaron desde la megafonía de la plaza los organizadores de la iniciativa. Un portavoz declaró que ayer continuaban de «reflexión pacífica», en una jornada que estuvo marcada por la atracción de un pasacalles musical. Los «indignados» pudieron disfrutar con tres actividades lúdico-culturales organizadas por tres escuelas de samba.
Los acampados se definen como una Ciudad-Estado, autogestionada por una Asamblea con capacidad vinculante y vocación de permanencia, dispuesta a pervivir más allá del 22 de mayo, y advierten de que no son «una nube de verano» sino algo «sólido y serio, que acaba de empezar». Juan López, uno de los portavoces, subrayaba que los concentrados en esta mini-ciudad se enmarcan en un movimiento ciudadano, apartidista, heterogéneo, con todo tipo de ideologías políticas y edades que no se rige por «leyes» sino por normas de convivencia, previamente votadas y consensuadas en la Asamblea.
El número de comisiones -al principio fueron cuatro- ha aumentado y los protocolos de actuación, basados siempre en la responsabilidad individual, abarcan cada día más aspectos de la acampada, que se extiende por alguna de las calles que desembocan en la Puerta del Sol. López explicó que todos los comunicados que emite la Asamblea salen en la página web Tomalaplaza.net, que tienen pre- sencia en Twitter y que en Facebook aparecen como «spanish revolution».
Aunque la autodenominada Ciudad-Estado contaba a principios de semana con sólo cuatro comisiones (Comunicación, Infraestructuras, Alimentación y Acción), ayer contabilizaba al menos nueve, además de multitud de subcomisiones que, en conjunto, superan la veintena. Las comisiones y subcomisiones son las encargadas de coordinar y organizar el día a día.
Así, por ejemplo, la Comisión de Respeto es la que media entre la Policía y los concentrados, y tiene la misión de crear un cordón humano para proteger, en caso de carga policial, a todo aquel que se encuentre dentro del territorio-acampada. También rige una norma en la Comisión de Respeto y es que si la Policía pide el DNI hay que mos- trarlo, pero no entregarlo y, además, insta a los concentrados a no firmar ningún documento oficial.
Otra comisión emblemática en la acampada es la de Infraestructura. Está encargada de distribuir el espacio, abrir los «caminos» entre tiendas, hacer la limpieza y «mantener bajo mínimos el alcohol». De hecho, tanto en las bocas de Metro como de Cercanías hay pancartas en las que se recuerda que «Esto no es un botellón» y todos los carteles mentalizan al visitante de que se trata de una protesta solidaria en la que la responsabilidad individual es lo más importante.
24.000 personas
López subrayó que la gente se está rigiendo por el sentido común, por lo que tampoco hacen falta normas rígidas y sirven los protocolos orientativos que pueden verse en casi todas las comisiones.
El portavoz también se refirió al hecho de que este acto se haya convocado en época electoral y estimó la conveniencia de hacerlo en estas fechas, cuando la sociedad está más receptiva a hablar de política y los políticos se interesan más, «o al menos hacen ver que nos escuchan».
A las 18.00 de ayer, era muy difícil, según la organización, «hacer una estimación de cuánta gente puede haber, ya que, siendo sábado, hay un goteo masivo de personas que vienen a mirar, marchan...» El número de manifestantes que acudieron el viernes a la concentración fue aumentando a lo largo de las primeras horas de la noche hasta alcanzar a las 00.45 horas una cifra de entre 22.000 y 24.000, según una estimación de Lynce para la agencia Efe.
La cúpula del Ministerio del Interior constató, en una reunión celebrada por la mañana, que durante la noche anterior no se produjo ningún incidente en las protestas que tuvieron lugar en ciudades de todo el Estado, en las que calcula que participaron unas 58.000 personas. Las FSE no intervinieron.
De las concentraciones de los «indignados» ya han surgido diversas convocatorias para movilizarse en los próximos días. Así, en Madrid se han convocado para el 28 de mayo asambleas populares en las plazas de cada barrio o pueblo, para debatir y elevar sus propuestas.
A media mañana, un grupo de «indignados» catalanes comenzó la lectura del libro que une a muchos de los manifestantes: «¡Indignaos!», del escritor francés Stéphane Hessel, de 93 años. Luego se debatió sobre si acudir o no a votar en la cita de hoy.
En Madrid, ayer se dejaron oír los comerciantes de la zona de la acampada, que están «desesperados» por una iniciativa que, pese a atraer a miles de curiosos, ha «ahuyentado» a los compradores. Sus ventas han bajado en más de un 70%.
Stéphane Hessel, autor de «Indignaos», ha declarado que «está bien que salgan a la calle y que se quejen de cosas, pero aún es más importante saber por qué cambios están trabajando. Deben tener claro que no sólo deben estar en contra de algo», añadió.
Una «oleada amarilla» de ciudadanos indignados pasearon en la tarde de ayer por la capital gasteiztarra para protestar de forma pacífica por la actual situación política y económica y «promover una reflexión razonada y responsable a favor del voto consciente y consecuente».
El Movimiento 15-M había convocado a través de las redes sociales una manifestación que el viernes la Junta Electoral de Alava prohibió por coincidir con la jornada de reflexión. Los convocantes decidieron desvincularse de la marcha pero señalaron que la ciudadanía era libre de acudir «de forma individual», idea que hicieron suya al menos 3.000 personas, según calculó GARA. A la hora de la prohibición, numerosas personas ataviadas con prendas amarillas o con lazos y globos de este color acudieron a la cita en Bilbo Plaza. Allí, efectivos de la Ertzaintza les recordaron que la manifestación estaba prohibida y les advirtieron de que si se desarrollaba iban a proceder a identificar a los asistentes.
Los congregados estudiaron la advertencia-amenaza policial e inmediatamente se pusieron a «pasear» por las aceras sin proferir gritos ni consignas y sin portar pancartas, hasta llegar a la céntrica plaza de la Virgen Blanca, donde los pasados días se han sucedido las concentraciones y acampadas de los «indignados».
Los «indignados» de Gasteiz coincidieron a última hora del viernes con una movilización de Etxerat. Los familiares de los presos políticos vascos recibieron el apoyo en forma de aplauso de bastantes de los manifestantes que a esa hora compartían espacio con ellos.
Por lo que respecta a las movilizaciones de los «indignados» en otras capitales vascas, la voluntad de evitar provocaciones y problemas presidió la actuación de los manifestantes. Talleres lúdicos y diversas asambleas han sido las actividades realizadas por las personas concentradas en la bilbaina Plaza Arriaga, donde en la noche anterior la Ertzaintza les comunicó por megafonía la prohibición de hacer alusiones al voto durante la jornada de ayer.
Los concentrados en la iruindarra Plaza del Castillo, después de que el viernes se trasladaran desde la Plaza Consistorial, habían conseguido a media tarde de ayer unas 4.000 firmas de apoyo al manifiesto «Democracia real ya», y durante la jornada de reflexión su iniciativa continuaba con normalidad.
Los centenares de acampados en el Boulevard donostiarra organizaron una cadena humana, talleres infantiles y monólogos denominados «Club de una comedia». Sus organizadores insistieron en que no quieren que este movimiento se quede sólo «en palabras y discursos», ya que su planteamiento es «avanzar hacia algún lugar, no quejarnos». GARA
En Londres, 300 personas se manifestaron al grito de «también los exiliados estamos indignados», ante la Embajada española. Reinó el buen humor. Algunas de las pancartas eran subidas de tono: «Que nos gobiernen las putas, que sus hijos no saben».